Las víctimas mortales son una abuela y su nieta, así como la empleada de la familia. Las féminas respondían a los nombres de Ledubina Espinoza León, Yenny Roxana Ramos y Yesica Yadira Rivera Dubón, respectivamente.
Las mujeres fueron abatidas en su casa de habitación por un supuesto enemigo del hermano de una de las víctimas, según se informó de manera preliminar, pero este extremo aún no ha sido confirmado por las autoridades.
En las fotografías facilitadas a los medios de comunicación se observa que uno de los cuerpos quedó en la cama de un dormitorio, otro en el suelo de esa misma habitación y el tercero en la cocina de la vivienda.
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A la escena del crimen se hicieron presentes elementos de la Policía Nacional.
Merece recordar que Honduras cerró el 2019 con un registro de 70 matanzas, que -además de quebrar el patrón a la baja que se registraba en los últimos años- representa un aumento considerable comparado con 2018, con 41 masacres.
Igualmente, el incremento es más notable desde el punto de vista del número de víctimas: mientras en 2018 fallecieron 143 personas en homicidos múltiples, en 2019 ese número subió a 279 muertos.
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