En la mayoría de las escenas se puede ver la saña con la que los criminales perpetraron el hecho, dejando decenas de casquillos en el lugar y en algunas ocasiones cuerpos torturados.
Para el criminólogo hondureño Gonzalo Sánchez, estos crímenes son un fuerte llamado de atención para las autoridades.
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'Es un tema complicado porque llama la atención que estén matando a familias enteras, me llama la atención que antes mataban nada más a la persona coludida, ahora se llevan de encuentro a los familiares', dijo a EL HERALDO.
Además, aseveró que estos hechos 'crean terror en la población, porque es un mensaje fuerte no solo para las autoridades sino también para las familias, porque lo más sagrado que uno tiene es la familia'.
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Y es que en las últimas ocho semanas se han visto casos atroces en los que ingresan hasta la vivienda para atacar a las familias que se encuentran departiendo en el hogar.
'Esto ya no tiene nombre', dijo Sánchez en relación a las 10 masacres que se han perpetrado en los primeros dos meses.
La violencia es otra 'pandemia'
'Este año va a haber más muertes por este tipo de delitos o crímenes', vaticinó el sociólogo Pablo Carías a EL HERALDO.'Las masacres son actos abominables y las víctimas son personas que mueren de manera indefensa, es decir que no pueden enfrentar el hecho que terminan con sus vidas', explicó Carías.
'La policía nunca investiga las causas que dan razón a las masacres y siempre dicen que están en proceso de investigación y al final no conocemos resultados importantes en esta materia', recriminó.
Agregó que en Honduras ya nadie se siente seguro 'a pesar de que el gobierno hace incluso hasta propagandas en las que asegura ha logrado reducir sustancialmente la actividad delictiva'.
'Lo cierto que es que seguimos igual, nadie está seguro de salir a la calle y hay lugares donde la situación es peor. Esta es otra pandemia más que tiene que sufrir el pueblo hondureño', lamentó.
Bajo investigación
La saña con las que son perpetradas las masacres demuestran la sed de venganza de los malhechores. El modus operandi de estos criminales ya es reconocido por las autoridades: llegan en un grupo de personas vestidas con indumentaria militar o de la Agencia Técnica de Investigación Criminal (Atic), con armas largas tipo escopeta o fusil, ingresan a las viviendas o los emboscan en la carretera.Esta forma de ataque se pudo confirmar con los crímenes múltiples registrados hasta ahora. La primera fue el pasado 1 de enero, mientras celebraban la llegada de año nuevo José Roberto Guifarro Díaz (23), René Obdulio Baquedano Oliva (50), Cristhian Joel Guifarro (20) y Sergio Dagoberto Cruz Osorio (30) fueron emboscados por más de una decena de hombres armados que llegaron hasta el barrio Bella Vista de Catacamas, Olancho. Tres eran hermanos y uno era un vecino que estaba con ellos.
Diez días después, dos hermanos y dos amigos fueron acribillados en el barrio Las Palmas de San Pedro Sula. Varios hombres que iban en una camioneta los detuvieron y acribillaron a disparos en plena calle sampedrana.
El 1 de febrero, los hermanos Luis Edgardo Romero Vindel (32), Marvin Josué Romero Vindel (20) y Joel Nehemías Romero Vindel (21) fueron asesinados en Chamelecón, una zona solitaria de la colonia Lususa, cerca de unas cañeras.
Tres semanas después, el 22 de febrero murieron Daneli (hija), Pastora (madre) y Allan Martínez (padre), fueron atacados dentro de su casa.
Mientras que el 23 de febrero Miguel Vásquez, Silvio Vázquez y Marcelino Vásquez murieron en un mismo crimen en Intibucá.
Otros crímenes
Estos actos se repiten a lo largo de estos meses, sin embargo, hay dos crímenes que son diferentes, el registrado el día 22 de febrero en el que los cadáveres de Cristhian Joel Maldonado (15), Samuel José Pineda Cerrato (16) y Edwin Alberto Hernández (17) fueron hallados en una solitaria calle de la colonia Trincheras en Choloma, Cortés. Los tres jóvenes presentaban signos de tortura -uno de ellos estaba decapitado-.Y el segundo, registrado el 26 de febrero, se trata de la muerte de seis personas en el barrio Guamilito de San Pedro Sula, donde fue acribillado el empresario Miguel Carrión.
En este caso al menos siete hombres con chalecos de la Atic llegaron hasta la oficina de Carrión y sometieron a los guardaespaldas antes de acribillar al empresario, minutos también mataron a los escolatas.
Diario EL HERALDO trató de contactar a las autoridades de la Secretaría de Seguridad, pero argumentaron que para dar una opinión sobre estos casos deben hacer un análisis de cada uno de ellos.
