TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Con un amargo adiós, en medio de un llamado de pronta justicia, fueron sepultados los restos mortales de los dos agentes de policía ultimados la madrugada del domingo 4 de abril en la capital.
Las exequias de Kenneth Ricardo Flores Alvarado (25) se realizaron en un cementerio de la capital, mientras que las de su compañero de armas Carlos Alfredo López Mendoza (28), en la ciudad de Danlí, El Paraíso.
Ayer, a eso de la 1:55 de la tarde, el cuerpo de Flores Alvarado fue sacado de la que fue su casa en la colonia 28 de Marzo de la capital por sus compañeros, oficiales y agentes de la Policía Nacional. Minutos después dio inicio una misa de cuerpo presente en la Basílica de Suyapa para rogar por el eterno descanso de su alma.
Casi al mismo tiempo, similar evento ocurría en Danlí, cuando el féretro de López Mendoza fue trasladado desde una funeraria al campo santo La Sabana, en esa ciudad del oriente del país.
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Dentro de 48 horas
“Esperamos que en las próximas 48 horas se pueda consolidar la información y establecer las líneas hipotéticas que lleven a la identificación de los responsables”, expresó el titular de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI), Rommel Martínez.
Kenneth Flores y Carlos López salieron de la posta del barrio El Edén, con dirección a la zona No. 8 de la colonia Cerro Grande, a atender una denuncia reportada al 911, a la 1:00 de la mañana. Estando en el lugar notificaron que habían requerido a unas personas y que una se identificó como oficial de la Policía, de la promoción 37. Después solo escucharon varios disparos.
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