La masacre de cinco personas, en El Pedregalito, Comayagüela, y el asesinato -horas más tarde- de Laureano Sánchez Molina, alias el “Cabo Molina”,
de 49 años de edad, hecho que ocurrió en la residencial Villa Bertilia de Choluteca, reviven la sombra del “Gato Negro”.
EL HERALDO informó, en exclusiva, las conexiones que hubo entre la masacre y el crimen de quien fuera el lugarteniente y sucesor del “Gato Negro”.
Los hechos
El lunes a las 10:00 AM volvió a correr la sangre con el asesinato de cinco personas en Comayagüela, entre ellas Bessy Lorena Canales Martínez.
EL HERALDO reveló que la joven de 16 años tenía un parentesco (sobrina) con el “Cabo Molina”.
La jovencita murió dentro del vehículo Mitsubishi Sportero, color gris, año 2006, la cual resultó con decenas de perforaciones producto del ataque de varios sujetos desconocidos.
Además de Bessy, perdieron la vida el empresario del transporte Rubén Asdrúbal Barahona (quien conducía el pick-up), un sujeto que vestía chaleco policial y pasamontañas, de supuesto nombre German Geovany Amador.
Además murió Johny Edenías Salgado Rodríguez, supuesto guardaespaldas del empresario Rubén Asdrúbal y la vendedora de frutas María Magdalena Durón, quien transitaba por la zona junto a su compañero de hogar y una hija.
El “Cabo Molina”
Según fuentes policiales a las que ha tenido acceso EL HERALDO, Laureano Sánchez Molina era el sucesor de Juan Osorto, Juan Portillo o Héctor Amador Portillo, alias el “Gato Negro”.
El “Gato Negro” fue señalado como el principal líder de las bandas de narcomenudeo en la capital. Fue asesinado en abril de 2010.
Tras su muerte, fuentes al interior de la Policía señalaron como su sucesor a Laureno, quien en el vecindario era más conocido como “Bigote”, siendo pocos los vecinos que sabían que se trataba del mismo “Cabo Molina”.
Laureano Sánchez Molina fue acribillado a eso de las 7:00 de la noche, es decir, unas nueve horas después de que su sobrina Bessy fuera acribillada en Tegucigalpa.
Molina fue atacado por dos sujetos que llegaron en motocicleta hasta su residencia, donde funcionaba una pulpería.
Precisamente, Molina salió para ver unos mangos que llegaron a ofrecerle para la venta.
Fue atacado con armas AK-47. Varios impactos dieron en su rostro y uno en su abdomen. La muerte fue instantánea.
Seguridad personal
De acuerdo a las investigaciones realizadas por EL HERALDO, Sánchez Molina, originario de la comunidad de San Juan Bautista, Pespire, y residente en Choluteca, tenía cinco guardaespaldas de manera permanente.
Sin embargo, la noche del lunes ninguno de ellos le acompañaba ya que andaban en una gasolinera llenando de combustible el tanque de uno de los vehículos.
Su esposa desde horas tempranas había viajado a Tegucigalpa para acompañar a sus familiares por la muerte de la joven Bessy Lorena.
Se conoció que a Laureano no le gustaba salir solo de su casa.
Más pesquisas
En relación a la muerte de las cinco personas en El Pedregalito, EL HERALDO descubrió que el vehículo en el que se transportaba Bessy Lorena Canales Martínez está a nombre de Fausto Corrales Portillo, supuesto hermano del “Gato Negro”.
De hecho, a Fausto se le menciona en un narcocorrido que el “Gato Negro” mandó a hacer para ensalzar la imagen de su lugarteniente el “Cabo Molina”.
Pero más curioso resulta que la camioneta Nissan Pathfinder, color negro, año 2008, en la que se encontraron armas y chalecos en la colonia La Soledad, minutos después de la masacre, también está a nombre de una persona de apellido Portillo.
Las investigaciones de EL HERALDO indican que el hecho criminal también podría tratarse de pleitos entre bandas conformadas por los miembros de la misma familia.
Las placas de este vehículo fueron encontradas en el interior, por lo que ahora levanta sospechas la facilidad con la que este carro circuló sin placas por la ciudad, pese al afán policial de poner retenes por todos lados.
“El Gato Negro”
El “Gato Negro” fue asesinado el 18 de abril de 2010 y el cadáver fue encontrado en una hondonada en Danlí, El Paraíso.
Agentes de la Policía Nacional y de Medicina Forense se presentaron al lugar donde estaba el cuerpo sin vida en un precipicio de 150 metros.
En esa oportunidad, el cuerpo estaba desnudo y los especialistas que reconocieron y levantaron el cadáver, determinaron que había sido víctima de torturas.
El cuerpo de Juan Portillo o “Juan Zorro” como le conocían en Orocuina, Choluteca, presentaba heridas de arma de fuego y de machete.
Sus pies estaban atados con cordones y en el rostro tenía un pañuelo que le tapaba la boca.
Juan Portillo tenía dos fichas en los registros de la DNIC por los delitos de tráfico de drogas, pero no había sido capturado por la Policía Nacional.
Horas antes había sido raptado en una colonia del sector sur de la capital, por un comando armado. Sus guardaespaldas también fueron capturados, raptados y aparecieron muertos en La Montañita ese mismo 18 de abril.
Ola de crímenes
A raíz del asesinato del “Gato Negro” se desató una cadena de muertes violentas en diferentes sectores de Comayagüela, donde las autoridades policiales aseguraron que era por pleito de territorio.
Para el caso, el 20 de abril de 2010, nueve personas fueron asesinadas en la colonia Cantarero López, en Comayagüela. Dos días después, tres mujeres que estaban relacionadas con sujetos que fallecieron en esa masacre fueron asesinadas en a misma cuadra.
Los vecinos del lugar dijeron que los homicidas vestían indumentaria policial.
En ese mes de abril, el cuerpo del primo del “Gato Negro”, que fue identificado como Fredy Alexis Osorto, fue acribillado en la colonia Las Hadas.
Narcocorrido: Molina y el “Gato Negro”
En un disco compacto que tiene grabados 20 narcocorridos, existe uno de ellos que se llama “Molina y el Gato Negro”, lo que demuestra la estrecha relación que había entre ambos.
De hecho, esta canción es la primera en el disco. Ahí se menciona al “Cabo Molina” supuesto mano derecha de Juan Portillo “Gato Negro”.
En la canción hay una introducción que dice:
“Oiga, de parte del Gato Negro, cantemos un corrido para el Cabo Molina. Ándele compa y qué espera si el jefe es el que manda”.
A continuación la letra textual del narcocorrido:
Uno era de San Isidro,
los otros dos de Orocuina, esos tres hombres valientes,
inseparables amigos,
uno es el Cabo Molina
y los hermanos Portillo.
Dicen que el Cabo Molina
es un hombre de talento,
se dice allá por Pespire,
El Jícaro y San Lorenzo,
que al llegar a San Isidro,
le hace el saludo su pueblo.
El Gato y Fausto su hermano,
dos hombres de alto respeto,
por las reglas del negocio, saben llegar a un acuerdo,
hoy es una sola banda,
Molina y el Gato Negro.
Dicen que Santos Emilio,
un hombre de su confianza,
cuando se van de parranda,
le dan aviso a la banda,
en sus troconas del año,
hay salen quemando llanta.
Ya con esta me despido,
aquí da fin el corrido,
este es el Cabo Molina
y los hermanos Portillo,
hoy que unieron sus bandas,
hoy son aves de un solo nido.