Tegucigalpa, Honduras.- Resignación es la palabra que más resuena en momentos difíciles como el de sepultar a un ser querido. Esa dura realidad enfrenta hoy la familia del copiloto Francisco Lagos.
Durante las últimas horas, su cuerpo permaneció en la capilla de la Fuerza Aérea Hondureña (FAH) en la capital. Sin embargo, este miércoles, sus restos fueron sepultados en el cementerio Jardines de Paz San Miguel Arcángel.
Alrededor de la 1:00 de la tarde, familiares, amigos y compañeros de aeronáutica se reunieron para darle el último adiós.
Con globos blancos, como símbolo de su vuelo eterno, amigos y familiares despidieron al copiloto Lagos en una conmovedora ceremonia.
El sepelio también contó con la presencia de sus compañeros de aeronáutica, quienes le rindieron un homenaje especial.
Su llegada a la capital estuvo marcada por un tributo de sus compañeros bomberos de aeronáutica, quienes realizaron el tradicional arco de agua, una despedida simbólica en el mundo de la aviación en honor a quienes parten en su último vuelo.
Como un joven servicial, un buen hijo y muy soñador que trabajó duro para convertirse en piloto, recuerdan a Francisco Lagos.
Según trascendió, el piloto hondureño acababa de regresar de un viaje de vacaciones en Colombia, horas antes del accidente había publicado en su cuenta de Instagram videos alusivos a su regreso y fotografías de lo bien que la pasó junto a su pareja, conociendo el hermoso país sudamericano.