EL PARAÍSO, HONDURAS.- Por la muerte de un menor de edad de origen brasileño, un juez determinó dar detención judicial contra el hombre que transportaba migrantes en una lancha y que naufragó en el río Guayambre, en el Valle de Jamastrán, Danlí, El Paraíso.
El acusado fue identificado como Nelson Rubí Espina Fúnez a quien se le señaló por los delitos de tráfico ilícito de personas y homicidio imprudente en perjuicio del Estado de Honduras y el menor Nickey Louis Shilove Emisca, de 3 años.
El individuo es un agricultor de 54 años, originario y residente del mismo lugar donde se le requirió.
Según las investigaciones, Espinal Fúnez conducía en una lancha, tipo pipante, con 11 personas y por el peso sucumbió. El menor de edad murió y su padre aún se encuentra desaparecido.
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El cuerpo de Shilove Emisca se encontró un día después del incidente en la aldea Santa María en Jamastrán. Su cuerpo fue trasladado a Medicina Forense en Tegucigalpa donde se determinó que la causa de la muerte fue asfixia por ahogamiento.
El implicado fue remitido por la fiscalía al centro penal de Danlí, El Paraíso, tras finalizada la audiencia de declaración de imputado.
Las autoridades continúan en las tareas de búsqueda del inmigrante desaparecido.
Honduras, un peligro para migrantes
Los migrantes cubanos, venezolanos, haitianos y de varios países africanos, entre otras nacionalidades, recorren buena parte de Sudamérica con rumbo a Estados Unidos en busca de mejores condiciones de vida y Honduras se ha vuelto un peligroso paso obligado, donde son víctimas de todo tipo de atropellos por delincuentes, pobladores que se aprovechan de su situación migrante y hasta las propias autoridades como lo ha denunciado desde meses atrás EL HERALDO.
A Honduras ingresan por puntos ciegos de la frontera con Nicaragua, por la comunidad de Trojes, desde donde se desplazan en vehículos hacia la frontera con Guatemala. Algunos por acortar la ruta se suben en canoas por el río Guayambre, donde zozobró la endeble embarcación.
Otros viajan en autobús donde son extorsionados por policías corruptos que los obligan a pagar entre 20 y 100 dólares por persona para dejarlos avanzar.