Tegucigalpa, Honduras.- Manuel de Jesús Alberto, uno de los detenidos por presuntamente pertenecer a una estructura criminal dedicaba al hackeo y estafa a través de la aplicación WhatsApp, negó las acusaciones en su contra y aseguró que es “inocente”.
Al ser consultado sobre el modus operandi de estafas a través de cuentas personales de WhatsApp, afirmó que se sintió “sorprendido” y declaró que “anantes (a duras penas) puede marcar el número del teléfono”.
“Para mí es una sorpresa, no sé, no sé cuál es el motivo, pues escucho muchos rumores ahí, pero no sé, ahí vamos a ver, si anantes marco el número de teléfono”, declaró Alberto.
El imputado reveló que se dedica a ser taxista y por 39 años trabajó en una veterinaria, por lo que no le “debe” nada a la justicia.
“Yo trabajé 39 años para clínica veterinaria Rivera, para la pandemia, me sacaron porque tengo enfermedades y entonces pagué dos años sin trabajar, tomé la opción de comprarme un carrito para ver que hacía, para traer generar algo para la casa”, declaró el detenido.
Del mismo modo, Alberto se mostró en la disposición de ser investigado por el Ministerio Público, al mismo tiempo que aseguró que ‘no debe nada’.
“Sí, me sorprende, pero qué vamos a hacer son investigaciones y si uno no debe nada, yo no tengo ningún problema con la justicia”.
Además, afirmó que “todavía no me han aclarado nada, ellos están haciendo su trabajo y vamos a ver qué es lo que pasa”.
¿Cómo operaba red de estafadores en WhatsApp?
La investigación, encabezada por la Fiscalía Especial de Propiedad Intelectual y Seguridad Informática (FEPROSSI) y la Agencia Técnica de Investigación Criminal (ATIC), reveló que los acusados empleaban técnicas de phishing para tomar control de cuentas de WhatsApp.
Entre los acusados se encuentran Brayan Estif Meléndez Mendoza, José Arnulfo Bueso, Luis Miguel Sabillón Lara y Manuel de Jesús Alberto, quienes enfrentarán cargos por delitos como asociación para delinquir, acceso no autorizado a sistemas informáticos, suplantación de identidad, estafa y lavado de activos.
A partir de ahí, suplantaban la identidad de las víctimas para engañar a otras personas, ofreciéndoles la venta de dólares a un cambio de 24 lempiras por dólar.
Las víctimas, creyendo en la autenticidad de las ofertas, realizaban transferencias a cuentas bancarias abiertas por los mismos implicados. Sin embargo, cuando intentaron cancelar las transacciones, el dinero ya había sido retirado por los miembros de la red.
De acuerdo con las autoridades, parte de los fondos obtenidos fue transferido a una cuenta de Luis Miguel Sabillón Lara, quien también utilizó los recursos para realizar compras en comercios locales, buscando blanquear el dinero y darle una apariencia legítima dentro del sistema financiero.
Según información preliminar de las autoridades, la mayoría de las víctimas reside en Tegucigalpa, y el monto estafado supera los 300 mil lempiras.
El phishing es una forma de fraude que consiste en engañar a las personas para que revelen datos sensibles, como contraseñas o números de tarjetas bancarias, mediante correos electrónicos, mensajes de texto o sitios web falsos que hace parecer legítimos.