La desgracia golpeó doblemente la mañana de ayer en la zona de Los Laureles, al suroeste de la capital.
Sumado al deceso de un hombre que fue atacado por dos pistoleros motorizados en la entrada a la residencial Francisco Morazán, un menor que observaba la escena del crimen rozó en un cable del tendido eléctrico y falleció en el hospital Escuela a causa de severas quemaduras.
La Policía identificó a la primera víctima como José Antonio Herrera Corrales, de 64 años, quien recibió tres balazos que le provocaron la muerte al instante.
El otro fallecido es un adolescente de 17 años, quien se dedicaba a cargar agua en cisternas que utilizan para la distribución del vital líquido en diferentes colonias capitalinas, según confirmó la Policía.
Doble tragedia
Testigos relataron que alrededor de las 6:30 de la mañana, el sexagenario Herrera Corrales transitaba por una acera en la calle principal de la residencial Francisco Morazán, cercana a la represa Los Laureles.
De repente, pasaron dos hombres en una motocicleta, uno de los cuales le disparó matándolo en el acto.
Varios curiosos se presentaron al lugar con la intención de conocer los pormenores del sangriento suceso.
El menor se subió a una cisterna a llenarla, pero por estar viendo el cadáver de Herrera Corrales no se percató que el conductor arrancó y para no caerse se agarró de un cable del tendido eléctrico, según reveló una fuente policial.
El infortunado recibió una fuerte descarga eléctrica que lo lanzó a unos 50 metros de distancia, por lo que fue trasladado aún con vida al centro hospitalario, donde expiró tras ser ingresado a la sala de urgencias médicas.
La Dirección Nacional de Investigación Criminal (DNIC) inició las pesquisas en torno a la muerte de Herrera Corrales con el fin de identificar y capturar a los responsables.