Pese a que existe un acuerdo entre las empresas de telefonía celular y la Secretaría de Seguridad de bloquear las llamadas en los centros penales de Honduras, éste no se ha cumplido y las cárceles siguen siendo centro de operaciones de criminales que manejan a control remoto sus operaciones delictivas.
Armados con un celular, delincuentes que purgan sentencia siguen siendo un elemento nocivo para la sociedad y planifican sus crímenes hasta por videollamadas, como trascendió en el caso del asesinato del hijo del exdirector de la Policía Nacional Ricardo Ramírez del Cid.
El director de centros penales de Honduras Adrian Flores Marcelino dijo a ElHeraldo.hn que se han colocado varias máquinas para el bloqueo de llamadas en la Penitenciaría Nacional, aunque a su juicio el principal problema es la incontrolable introducción de aparatos celulares al recinto carcelario.
Aunque en 2010
trascendió que el proceso de instalación de estas máquinas bloqueadoras incluiría la Penitenciaría Nacional, el centro penal sampedrano y el de La Ceiba, al final solo se concretó en la PN. Pese a que las compañías de celulares tenían en ese entonces un plazo de 150 días para concretar ese proceso en el resto de las cárceles de Honduras, a la fecha no se cumplido con este cometido.
En ese sentido, Flores Marcelino aseguró que se tiene planificada la instalación de máquinas bloqueadoras en los 24 centros penales de Honduras.
Mientras tanto, hay instrucciones de revisar de forma exhaustiva a las personas que visitan a los presos para evitar que sigan introduciendo celulares.
No obstante, “el problema está en la puerta del presidio, porque de ahí es donde se dejan pasar las cosas' mediante sobornos a los guardias, quienes están siendo investigados para aplicarles los procedimientos conforme a ley.
A medida que se logre controlar las llamadas telefónicas y el ingreso celulares “vamos a poder controlar la delincuentes desde las cárceles”.
El comisionado se quejó porque una empresa de telefonía celular no colabora en la restricción de las llamadas que se hacen con sus líneas, aunque aseguró que la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel) ha logrado bloquear en un 94 por ciento las llamadas.
Al respecto, el portavoz de la Secretaría de Seguridad, Julian Hernández, dijo que las máquinas bloqueadoras de llamadas colocadas en la Penitenciaría Nacional funcionan parcialmente, ya que hay sectores en los que sí se pueden hacer llamadas debido a que el aparato no tiene cobertura en toda la instalación.
El subcomisionado dijo que se ha instruido a las empresas de telefonía celular para que procedan a colocar las máquinas necesarias para bloquear las llamadas desde todo el recinto carcelario, pero no informó cuando concluirá este proceso.
Teléfonos controlados, una opción
Una fuente ligada a la Policía Nacional de Honduras consultada por ElHeraldo.hn dijo que las actuales autoridades
penitenciarias, y el mismo Estado, debe colocar
en las cárceles hondureñas teléfonos controlados por la misma policía.
Estos aparatos son similares a los teléfonos públicos, solo que son controlados por la fuerza del orden e impiden que se planifiquen actos delictivos.
El oficial reconoció que los presos tienen derecho a la
comunicación, pero debe ser controlada para evitar el accionar delictivo.
Dijo que para impedir el ingreso de teléfonos celulares a las cárcel es necesario implementar controles más fuertes con máquinas que detectan metales o cualquier artículo que quiera ser ingresado al recinto.
Reconoció que uno de los principales problemas que enfrenta el sistema carcelario es la corrupción policial, “ellos dejan pasar las cosas a la hora de la
requisa
ya que su sueldo es muy bajo y las personas les ofrecen buena cantidad de dinero y ellos lo aceptan”.
Para el oficial, a medida que se controle a la población carcelaria se reducirá la ola delictiva en Honduras.
“Los jefes de las
maras
están presos y si se corta la
comunicación no van a poder hacer llamadas, no van a poder planificar nada y
ahorita
planifican y solo están esperando el dinero”, reveló.
Para mejorar la situación se debe controlar, además de las llamadas, las visitas conyugales, insistió.
Opinó que también debe mejorar el sector justicia en Honduras, “la Fiscalía, el Poder Judicial y la investigación criminal, que es el principal problema actualmente”.
Coincidió con otros sectores en el sentido de que el Estado hondureño también debe preocuparse por la
rehabilitación
de los reclusos para evitar que pasen el día sin hacer nada y con tiempo suficiente para planificar sus fechorías desde una prisión donde supuestamente ya no deberían de ser una amenaza para la sociedad.