En avanzado estado de putrefacción, con un tiro de gracia en la cabeza y con fuertes indicios de tortura, apareció el cadáver del empresario Orlando Alexander Berríos Escoto, de 54 años, el pasado domingo en un sector del municipio de Jano, departamento de Olancho.
El ahora occiso era el esposo de la señora Clara Francis Melara García, de 48 años, y padre de la joven Alexandra Berríos, de 17 años, cuyos cadáveres fueron descubiertos la noche del pasado jueves en su casa ubicada en la residencial Las Cumbres, aledaña a las Lomas del Guijarro.
Según el dictamen de Medicina Forense, ambas fallecieron a causa de asfixia, sin que hasta la fecha se conozca la identidad de los responsables del crimen.
Desde el macabro hallazgo de los cuerpos de las féminas, las autoridades dieron como desaparecido a Berríos Escoto, por lo que equipos de la Dirección Nacional de Investigación Criminal (DNIC) iniciaron las pesquisas orientadas a esclarecer el caso.
La misma noche que se encontraron los cuerpos sin vida de madre e hija, apareció la camioneta marca Toyota Land Cruiser, color negro, con placas PDG-3108, propiedad de Berríos Escoto, por lo que técnicos de la Sección de Inspecciones Oculares de la DNIC realizaron la requisa correspondiente.
En el interior recolectaron varios indicios como elementos pilosos, microscópicos y rastros de sangre, entre otros.
Además, se realizaron pruebas de luminol y la recolección de huellas dactilares, según informó la DNIC.
Por otra parte, en un taller de mecánica ubicado en la colonia América, la DNIC recuperó otro vehículo tipo turismo, marca Mitsubishi, color gris, con placas PCH-8512, el cual era propiedad de la joven Alexandra Berríos. Ambos automotores se encuentran en las instalaciones donde funcionó la Academia Nacional de Policía (Anapo).
Hallazgo del cadáver
Según el informe de la DNIC, el domingo a las 12:00 del mediodía recibieron el reporte de que en un sector del municipio de Jano yacía un cadáver del sexo masculino en avanzado estado de descomposición, por lo que varios policías se desplazaron a la zona.
El cuerpo fue traído a la comunidad de Limones, Lepaguare, donde se realizó el reconocimiento legal, luego lo trasladaron a la morgue de Medicina Forense de la capital metido en un ataúd color gris de bajo costo.
A través del cotejamiento de huellas y de un trabajo de dactiloscopía, la Dirección de Medicina Forense confirmó que, efectivamente, el cuerpo encontrado en Olancho era de Orlando Alexander Berríos Escoto, quien nació el 7 de enero de 1960 en Langue, Valle, según confirmó Lorena Cálix, portavoz del Ministerio Público.
“Nosotros damos por confirmado, como autoridades del Ministerio Público, que se trata de la persona que habría desaparecido en fechas anteriores y que está emparentado, lamentablemente, con la señora Claudia Melara García y con la joven Alexandra Berríos Melara”, expresó Cálix.
Confirmó que a Berríos Escoto se le encontró un solo disparo en la cabeza y que tenía de tres a siete días de haber fallecido.
Una fuente policial reveló que el cuerpo putrefacto fue encontrado en una cuneta en un terreno baldío. Presentaba un disparo en la cabeza e indicios fuertes de tortura, lo típico de una ejecución.
Extraoficialmente, se supo que a la víctima le cortaron cuatro dedos de una de sus manos y que, únicamente, le dejaron el meñique, lo que hace presumir que fue torturado con crueldad. Tanto el cadáver de Berríos Escoto como el de las dos mujeres permanecían en la morgue sin ser retirados por los familiares.
Familiares de las dos mujeres se presentaron la mañana de ayer a la morgue capitalina a realizar trámites para el retiro de los cadáveres. Se conoció que los restos de la menor serán repatriados y sepultados en Estados Unidos.
Mientras tanto, equipos de inteligencia continúan con las investigaciones orientadas a dar con los responsables del triple crimen, además, realizan la búsqueda de otras personas ligadas a la familia, de las cuales la Policía desconoce el paradero.
EL HERALDO constató que el car wash ubicado en la colonia Los Ángeles, propiedad de Berríos, se encuentra custodiado por agentes de la Policía Preventiva.
Antecedentes
El jefe de la DNIC, comisionado Leandro Osorio, afirmó que el empresario tenía antecedentes policiales; en el 2005 fue denunciado por violencia domestica; en el 2009 fue denunciado por fraude; el 25 de junio de 2010 se emitió una orden de captura en su contra por los delitos de robo de vehículos, falsificación de documentos y adulteración de series.
“Tenemos otra línea de investigación, la cual estamos trabajando junto a la Fiscalía para darle seguimiento a varios delitos a los que se le vinculaban a él”, declaró el subcomisionado de Policía.
Explicó que por la dinámica de los crímenes podría tratarse de acciones del crimen organizado, sabemos que pueden haber autores materiales como intelectuales, lo que será confirmado o descartado durante el proceso investigativo.
Detalló que de los dos vehículos decomisados en relación a los tres asesinatos se han extraído evidencias como cabellos y manchas de sangre, que están siendo analizadas.
El jefe policial afirmó que los criminales actuaron con “premeditación, alevosía, con ventaja se preparó la escena, se preparó todo para no dejar evidencias que pudieran servir a policías de investigación a seguir una línea de investigación”.
Por eso, afirmó, estamos apoyándonos en varias líneas de investigación, una hipótesis es más fuerte que otra pero estamos manejando varias áreas de campo.
¿Conocidos?
Además reveló que los asesinatos de madre e hija pudieron ser cometidos por personas conocidas por ellas, ya que en la vivienda hay tres perros y ninguno actuó de manera violenta, por lo que los vecinos no fueron alertados de que algo grave sucedía en la vivienda.
“Sabemos que pudo haber tenido alguna vigilancia, tuvieron el tiempo para quitar las cámaras de video y todo eso lo estamos cotejando; todas estas evidencias que pueden ser importantes para determinar el móvil de los crímenes”, afirmó.
En relación a los guardaespaldas del empresario dijo desconocer su paradero, “él caminaba con seguridad, con armas de grueso calibre y con vehículos blindados porque los vehículos que tenemos acá, que hemos decomisado, son blindados y eso nos demuestra que él andaba siempre protegido, bien cuidado; sin embargo, las personas que cometieron esta acción pudieran tener un grado de amistad con él”.
Por otra parte, Ramón Sabillón, director general de la Policía Nacional, informó que el hecho de que el cadáver del empresario Berríos haya sido encontrado en otro departamento, el caso ya cambió de un asesinato común a un delito de crimen organizado.
El general afirmó que Berríos estaba siendo investigado por acciones vinculadas al tráfico de drogas, robo de ehículos, entre otros ilícitos.
Seguridad
Vecinos del sector de La Cumbre confirmaron que Berríos siempre andaba acompañado por cuatro guardaespaldas que usaban armas largas.
Berríos usaba una camioneta blindada para transportarse junto a uno de sus guardias, mientras que los otros tres viajaban en otra camioneta que le daba seguimiento.
Se informó que la mañana del jueves, a la vivienda ingresaron tres sujetos desconocidos que se llevaron tres lujosas camionetas, supuestamente blindadas que se encontraban en el parqueo de la residencia.
Los vecinos dijeron desconocer si los mismos sujetos fueron los que asesinaron a madre e hija, ya que en ningún momento escucharon ruidos ni gritos.
La casa contaba con un sistema de circuito cerrado; sin embargo, las autoridades no pudieron obtener las grabaciones debido a que los criminales se llevaron el CPU que contenía toda la información de las cámaras para evitar ser identificados.
Fuentes policiales confirmaron que hasta el momento se desconoce el paradero de los guardaespaldas que acompañaban al comerciante y de las empleadas domésticas que laboraban con la familia.
Según el estudio realizado por detectives en la escena del crimen, los asesinos buscaban algo, por lo que se investiga si se trata de un ajuste de cuentas.