Camas de piedra, un servicio, un lavabo y un espejo de aluminio pulido fijado a la pared los acompañarán mientras dure su condena. Atrás quedaron los lujos y los placeres para los reos del penal de Támara luego de ser trasladados a la nueva cárcel de 'La Tolva' o 'El Pozo II'.
Así son las celdas del recinto carcelario ubicado en Morocelí, El Paraíso, en el oriente de Honduras, adonde fueron movilizados este martes cientos de miembros de maras y pandillas en el marco de 'Operación Arpía III'.
El diseño de la obra es testimonio de una nueva visión para el sistema carcelario: cero comodidades. Por ello es que las camas son de piedra, aunque se proporciona una colchoneta de seis pulgadas de espesor.
El centro penal tiene una capacidad de 1,300 privados de libertad, que estarán distribuidos en ocho módulos, cuatro para los de mediana peligrosidad y cuatro para los de mínima seguridad.
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En el caso de los primeros, cada celda está construida para albergar dos reos, mientras que el espacio para los reos comunes tiene capacidad para nueve personas.
La seguridad dentro y fuera del recinto es extrema y lo confirman los miles de metros de serpentina, los enormes muros de concreto con malla ciclón reforzada, las cinco aduanas de revisión y más de 400 cámaras de vigilancia.
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