COLÓN, HONDURAS.- Familiares del niño Orbin Danery Ruiz Castro llegaron a la morgue de San Pedro Sula para retirar su cuerpo, lacerado por los golpes que su propio padre le propinó hasta quitarle la vida.
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Desconsolada, una tía del menor de cuatro años, identificada como Norma Castro, lamentó no poder llevárselo pronto, pues las autoridades forenses se negaban a entregarlo, ya que el pequeño nunca fue inscrito en el Registro Nacional de las Personas (RNP), es decir, no existía legalmente en Honduras.
Norma explicó que su hermana, la madre del niño, se había negado a registrarlo con el apellido de su pareja, pues consideraba que no era un buen padre. Este al darse cuenta que ella pretendía inscribirlo únicamente con los apellidos maternos, no la dejó hacerlo y el tiempo fue pasando hasta que llegó el trágico día en el que él mismo acabó con la vida de su vástago.
El martes 14 de febrero de 2023, la comunidad de Santa Bárbara, en el municipio de Iriona, departamento de Colón, reaccionó consternada, pues Yadira Isabel Castro y su pareja, Orlin Danery Ruiz, fueron capturados por el parricidio de su hijo. De acuerdo a las investigaciones y el propio testimonio de ambos, el hombre asesinó al niño a golpes y luego lo enterraron en una fosa.
Fue gracias a la acción de vecinos y familiares que los responsables no lograron escapar, pues según se conoció, planeaban irse de la remota aldea para no levantar sospechas si alguien se percataba de la ausencia del menor. El hombre, presuntamente, habría actuado influenciado por los efecto de la drogas y de su comportamiento violento y ella, supuestamente, bajo las amenazas del individuo.
Norma Castro contó a los medios de comunicación afuera de la morgue que su hermana y su sobrino eran víctimas de violencia física y psicológica desde hace varios años, pero a pesar de que la familia de la joven intentó ayudarlos a salir del abuso, todo fue en vano, pues Yadira Isabel le tenía demasiado miedo y era débil de carácter, por lo que siempre volvía a su lado.
Castro recordó que la peor parte se la llevaba el niño, pues desde que tenía un años y medio pasó a vivir junto a sus padres en una aldea remota, donde ella y sus demás parientes no podían ir frecuentemente, debido a la distancia y los peligros.
Esto hizo que la madre y el niño quedaran desprotegidos y a merced del agresor, pues las mismas autoridades actuaron con negligencia al negarse a ir tan lejos a atender denuncias de violencia intrafamiliar.
“Una vez lo intentó ahogar (al niño) en una pila llena de agua. Ya estaba denunciado en Morazán (municipio de Yoro), le pusieron una denuncia por violencia del niño y no hicieron nada... La Policía dijo que ahí no iba”, recordó impotente la tía.
La fémina también se rompió en llanto cuando rememoró que en una ocasión ella le dio dinero a su padre, es decir, al abuelo del pequeño Orbin, para que fuese a ver cómo estaba y si era posible, se lo llevara consigo, pero el abuelo desistió tras recibir advertencias de muchas personas de que no fuese solo, pues podría ser víctima de la violencia de Orlin.
“Yo le di dinero a mi padre para que fuera, pero él no pudo llegar allá”, dijo la mujer entre sollozos, al tiempo que confió que ella como tía llevaba alrededor de dos años sin ver al niño, desde que se lo llevaron a vivir a ese lugar.
Clamaba por ayuda, pero no fue rescatado
Sin embargo, su madre y abuela del pequeño, sí pudo verlo un par de veces y comprobó que el miedo de Orbin era tal, que a su corta edad, rogaba por ayuda para salir del infierno que su progenitor le hacía vivir.
“A la abuela le dijo que ya no aguantaba (los maltratos) ‘¡Lléveme para donde mi papá (su abuelo)!”, clamaba el niño.
La mujer también cuestionó el proceder de su hermana, pero aunque reconoció que “tenía la boca buena y sus manos hasta para pedir, y poder salir de ahí, ella fue que se dejó (maltratar) tanto”, alegó que no era culpable, sino una víctima más de la manipulación del hombre, quien al reconocer el horrendo crimen aseguró que “El diablo me dio la orden de matar a su hijo a cambio de poder”.
Norma Castro piensa que las erradas declaraciones del sujeto son producto del consumo de estupefacientes, pues recordó que “utilizaba drogas, cada que agarraba dinero no le rendía porque solo en eso pasaba”.
Pero sacar de la cárcel a la madre del niño no es en este momento un asunto prioritario, ni fácil. Pues, mientras la familia intenta demostrar la identidad del menor para que el cuerpo les sea entregado, Yadira Isabel Castro es acusada de complicidad, ya que los vecinos creen que ayudó a cavar la fosa donde se encontró el cuerpecito del menor.