COMAYAGÜELA, HONDURAS.- En un hecho confuso suscitado en el interior de una vivienda ubicada en la residencial Centroamérica Este, dos hombres fueron ultimados a disparos.
A eso de las 8:00 de la mañana, vecinos de la cuarta etapa de esta colonia reaccionaron alarmados al escuchar las ráfagas que provenían del interior de una de las viviendas.
A los pocos minutos de escucharse la balacera, una patrulla policial se estacionó frente a la vivienda donde ocurrió el hecho, para cerciorarse sobre qué era lo que había pasado.
Al ingresar al inmueble, los agentes del orden corroboraron la información por la que habían sido alertados por los mismos propietarios de la vivienda, un miembro activo de la Policía Nacional y un expolicía, separado de esa institución de seguridad del Estado.
Un policía activo
Las víctimas fueron identificadas como Henry Ricardo Argueta Cerrato (41) y Emilio Corrales Zepeda (43), ambos originarios del Distrito Central.
Al momento de hacer el levantamiento, encontraron entre las pertenencias de Henry Argueta una carta de libertad con su nombre, en la que señalaba que estuvo preso por el delito de robo. El cuerpo de Henry Ricardo presentaba al menos ocho disparos, mientras que el de Emilio tenía al menos cuatro perforaciones de bala.
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Una de las hipótesis señala que los dos hombres entraron a la vivienda con la intención de robar partes del menaje de la casa y que al entrar fueron atacados a disparos por el policía, dueño de la casa.
Sin embargo, otra versión explica que los dos individuos entraron a la casa, no se sabe si por los muros o si alguien de la residencia les abrió la puerta, y estando adentro comenzaron a forcejear con el expolicía.
Debido a esto el agente activo repelió el ataque, disparando desde la ventana de su cuarto, de la segunda planta de la vivienda, matando a los dos hombres.
Otra víctima sería un expolicía
Se conoció que a los dos fallecidos les acompañaban cuatro hombres más que andaban a bordo de un vehículo tipo camioneta, pero que al escuchar los disparos abordaron el carro nuevamente para huir de la escena.
Además, que Emilio Corrales sería un policía depurado de la institución policial, que estuvo asignado a la Unidad Metropolitana de Policía número 2, del barrio Belén, de Comayagüela, extremo que está por confirmar.
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La Policía investiga, si en efecto, los fallecidos iban con la intención de robar o su finalidad era matar al policía de la escala básica y su amigo expolicía o si todos eran conocidos.
Junto a los cadáveres quedaron dos pistolas automáticas que portaban los presuntos ladrones.