Luego de tomar unos tragos en compañía de sus amigos, Silvio Ordóñez (58) se dirigía a su casa cuando cayó desplomado, sin vida, en plena calle de la colonia Los Pinos de Tegucigalpa.
Su fiel amigo, un perro no lo abandonó. Firme hasta el último instante, cuidó el cadáver de su amo hasta el último momento.
Según vecinos, los acompañantes de Ordóñez al ver lo sucedido decidieron abandonar la escena, sin embargo, su perro, fiel amigo, no se apartó ni por un instante, incluso después que llegarán las autoridades.
Ordóñez se desempeñaba como guardia de seguridad manisfestaron los vecinos.
A la escena llegó Medicina Forense para trasladar el cuerpo de, Silvio, a la morgue capitalina; hasta el momento se desconocen las causas de la muerte.