Los resultados coinciden con la autopsia médico legal que se le practicó en Medicina Forense, que además de revelar que se trató de un homicidio también arrojó que fueron encontrados rastros en su boca, como si terceros intentaran evitar que fuese escuchada por las otras personas que estaban detenidas el 7 de febrero en una celda policial de La Esperanza, Intibucá.
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'La Policía asesina la mató y Edgar Velásquez (amigo de Keyla), cobarde mentiroso, los está encubriendo. Y, mintió a todo la comunidad nacional e internacional, al igual que, los testigos falsos que están comprados por la Policía y que tendrán que pagar por este crimen', es el texto que acompañó el documento.
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Hechos
La noche del sábado 6 de febrero, la estudiante de Enfermería fue detenida en compañía de un amigo por haber incumplido el toque de queda establecido por la pandemia del covid-19.Agentes de la Policía Nacional los trasladaron a bordo de una patrulla hasta una posta policial, donde fueron ubicados en celdas distintas.
Fue la mañana del 7 de febrero cuando las autoridades informaron que la universitaria intentó suicidarse colgándose con un suéter que llevaba puesto, teoría que de inmediato fue rechazada por sus familiares.
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La muerte de la hondureña desató protestas a nivel nacional y además provocó que Norma Rodríguez, su madre, retornara a Honduras desde España, país donde reside desde hace varios años.
En reiteradas ocasiones la desvatada madre ha asegurado que no volverá a la Madre Patria hasta ver tras las rejas a los culpables del homicidio de su hija.
'Aunque existe el temor en nuestra familia por este contexto que enfrentamos, advertimos que no dejaremos de buscar justicia' y que el crimen 'no sea una estadística más que abone a la impunidad en Honduras', manifestó Rodríguez.
