Sucesos

Luto por el asesinato de universitaria hondureña

Un criminal acabó con la vida y los sueños de la joven estudiante de arquitectura, Ángela Lobo,
en venganza por no haberse dejado asaltar tres días atrás

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16.08.2016

Tegucigalpa, Honduras
Cuando la inquieta capital de Honduras se despertó, las alarmas mañaneras comenzaron a sonar y una hermosa joven salió de su casa rumbo a su trabajo a eso de 7:30 de la mañana.

Su nombre, Ángela Marina Lobo. Ella caminaba por las calles de su barrio Santa Margarita con la esperanza de que el lunes fuera un buen día para tratar de salir adelante.

Ella era una talentosa estudiante universitaria, quien en pocas semanas recibiría su título en arquitectura.
Un disparo se oyó y para cuando todos se percataron de él, ángela ya había caído al suelo y la vida se le escapaba como agua entre los dedos.

Un delincuente armado había esperado pacientemente como un depredador y cuando la vio pasar disparó a la cabeza de la joven como acto de venganza porque la muchacha no se había dejado asaltar tres días antes.

Foto: El Heraldo

Ángela Marina Lobo estaba a punto de obtener su título de arquitectura en la UNAH. Fue asesinada la mañana del lunes.


Absurda venganza
La imagen de Ángela saliendo de su hogar ya era común entre el ir y venir de la zona.
El encuentro entre ella y el malhechor que la asesinó se dio por primera vez el pasado viernes a la misma hora.

Cuando ella transitaba la calle, el asaltante quiso robarle sus pertenencias, pero ella no lo permitió.
Una de las versiones del fracasado asalto es que cuando se dio el forcejeo, ella advirtió al desalmado que su padre estaba cerca.

Cobardemente, el criminal se dio a la fuga no sin antes amenazarla de muerte.

Ante esta amenaza, los días siguientes, los familiares de ángela la acompañaban a tomar el transporte a su trabajo, sin embargo, por causas desconocidas la mañana del lunes no fue así, la joven salió sola y más tarde la tragedia llamaba a la puerta de una familia más.

El depredador estaba allí, impaciente por cumplir su promesa y, sin llevarse las pertenencias de la joven, haló el gatillo y le arrebató la vida.

Fueron los vecinos cercanos quienes al ver el cuerpo de la estudiante la trasladaron a la sala de emergencia del Hospital Escuela Universitario (HEU). Pero el balazo fue certero y minutos después la vida de Ángela se esfumó para siempre.

Hasta siempre “Yeli”
Alegre, simpática, sencilla, “Yeli”, como la llamaban los que más la querían, les dejó para siempre y sin quererlo un inmenso vacío que jamás podrá ser llenado.

Su madre, Esmeralda Gómez Velásquez, perdió para siempre un pedazo de su corazón.
Su pequeña hija, la niña que tenía excelentes notas en la universidad, la que le llenaba de orgullo, se fue de su lado.

El cuerpo de la joven fue velado en una funeraria de la capital, en medio del llanto y el dolor de sus demás familiares y amigos.

Sus amigos de facultad la recuerdan en medio de una sonrisa agridulce, celebran su vida y lloran su partida.
Ella, como todo arquitecto, tenía una pasión: crear.

Y esa misma creatividad era plasmada en sus maquetas de trabajo, de las cuales se sentía orgullosa y presumía en redes sociales, al igual que su amor por los estilos de vida saludable.

Como muchas jóvenes de su edad recordaba con nostalgia los episodios de la famosa serie japonesa Sailor Moon y quizá como muchas también quería ser una de esas heroínas que luchaban por el amor y la justicia.

Estos sentimientos eran planteados en su muro de Facebook, dejando claro que la hermosura que tenía era mayor en su corazón.

“Cuánta muerte en el país, qué tristeza, da impotencia y lo peor que ya lo vemos como algo normal, ¿nos estamos acostumbrando? Decir que alguien se lo merece, que si andaba en malos pasos, si violan pues ella provocó... Dejemos de justificar estos asesinatos...”, decía parte de sus reflexiones. Irónico pensar que ella sería una de las víctimas de esa delincuencia que días atrás deploraba.

Sus lindos ojos café no verán la Honduras que siempre sonó, sin embargo, la oración de sus amados es que ahora ella esté en un lugar mejor, en donde todo está calmado y no sienta más dolor.

Ángela salió a la 7:30 de la mañana con las ganas de ser mejor, lista para crear sus obras, pero se fue, alguien sin motivo le quitó la vida, y se llevó en sus manos la mitad del alma de quienes la amaban.

Foto: El Heraldo

A la muchacha le gustaba mantenerse saludable.

Foto: El Heraldo

Ella participó en distintas actividades para mejor la imagen del centro de Tegucigalpa.