Siguatepque, Honduras
“Voy a dar la vida por mis hijos, sacá a mis hijos”.
Fueron las palabras de angustia disfrazadas de valor que Juan Ramón Medrano Galeas le pronunció a su compañera de hogar antes de ser brutalmente asesinado.
El crimen ocurrió en la aldea Buena Vista Chorreritas, jurisdicción del municipio de Siguatepeque, en la zona central del país.
“Estábamos dormidos todos en la casa”, relató con lágrimas en sus ojos doña Irma Mejía, esposa del occiso.
Cuatro sujetos encapuchados aprovecharon la oscuridad de la madrugada para introducirse en la humilde vivienda de una pareja de agricultores.
Eran las 2:00 de la mañana cuando los malvivientes llegaron hasta la vivienda de esta familia.
De inmediato comenzaron a rociar combustible en las dos puertas de acceso a la casa y rápido comenzó el fuego.
Sin embargo, esto no bastó. Los facinerosos iban decididos a ultimar al jefe de familia y a manera de amedrentarlo empezaron a disparar sus armas de fuego contra las paredes y puertas de la casa.
Angustia
“La casa tiene ventanas en la parte de atrás y por ahí como pude saqué a mis niños”, contó doña Irma.
Los tres pequeños, uno de tres años, otro de cuatro y un mayor de nueve años salieron huyendo junto a su madre mientras los hombres con sus rostros cubiertos asesinaban a su padre.
“Cuando dejaron de disparar entraron por la puerta de la cocina y lo sacaron por la fuerza, ya afuera le cortaron la cabeza con un machete”, lamentó Mejía.
Sin bastar lo que habían hecho, llevaron la cabeza a unos metros de la casa y continuaron lacerándola