TEGUCIGALPA, HONDURAS.- La mayoría de los 19 cuerpos de los reos del centro penitenciario de Siria, El Porvenir, Francisco Morazán, tuvieron que ser reconstruidos.
Algunos llegaron con sus partes mutiladas y con heridas de bala que fueron analizadas en cada una de las autopsias.
Al menos siete equipos del Centro de Medicina Legal y Ciencias Forenses de la capital trabajaron cerca de 24 horas para entregar los cadáveres.
Las labores comenzaron la tarde noche del domingo con el levantamiento de los cuerpos y culminaron anoche en la capital.
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Yuri Mora, director de Comunicaciones del Ministerio Público (MP), informó a EL HERALDO que la mayoría de las víctimas llegaron con heridas de arma blanca y con disparos de arma de fuego.
“Esa era una característica en la mayoría de cuerpos y no se sabe si primero fueron atacados con arma de fuego y después con arma blanca o primero con arma blanca y después con arma de fuego”, explicó Mora.
Todos estos detalles van a ser analizados por personal de Medicina Forense, para incluirlos en los informes que integren las investigaciones.
Indicios
De forma preliminar se presume que los atacantes primero apuñalaron en varias partes del cuerpo a sus objetivos y luego les dispararon.
En la escena del crimen las autoridades encontraron parte de las armas que los mismos privados de libertad utilizaron para atacarse entre ellos.
| Reconstrucción
Las autoridades de Medicina Forense reconstruyeron parte de los cuerpos debido a que algunas extremidades iban completamente laceradas por las cortaduras.
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Los predios del recinto penitenciario parecían una carnicería debido al estado de los cuerpos y las enormes pozas de sangre.
Las pistolas de diferente calibre, machetes cubiertos de sangre, puñales y punzones fueron hallados cerca de los fallecidos. Las evidencias también serán analizadas por expertos forenses que trabajan en el caso.
Afuera de la morgue capitalina la gente estaba desesperada esperando los cuerpos y otros andaban buscando dinero prestado para trasladar los restos de sus familiares al interior del país.
Las madres de familia buscaban el ataúd más barato, pues muchas ni para eso tenían, lamentando que el gobierno no les ayudó, y muchos se aprovecharon porque hasta 6,000 lempiras les cobraban por viaje.
Al final de la tarde la mayoría de los cuerpos fueron entregados y llevados a sus lugares de origen en vísperas de la Navidad.
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