TEGUCIGALPA, HONDURAS.- La muerte de la doctora Ingrid Jiménez consternó a varios pobladores y colegas de Catacamas, además de a su padre Saúl Jiménez, quien -con su voz quebrantada- lamentó la inseguridad que azota al país, la cual le ha arrebatado ya a dos hijos.
“Es terrible la delincuencia, aquí ya no se puede vivir. En noviembre de 2021 mataron a mi hijo en el ‘yonker’ de él; y ahora a mi hija que andaba almorzando donde su mamá”, dijo el acongojado padre para un medio capitalino.
Según su relato, su hija se conducía junto a su sobrino por el barrio Santa Cruz del mencionado municipio, cuando fue sorprendida por sujetos desconocidos, quienes le dispararon sin mediar palabra.
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“Cuando regresaba a su trabajo la sorprenden y me la matan. A mi nieto, un menor de 13 años de edad (sobrino de Ingrid) me le pegaron un disparo en el pie”, dijo.
Según información preliminar, la doctora fue traslada a un centro asistencial, pero ya no tenía signos vitales. Por su parte, el menor se recupera de las lesiones.
En redes sociales muchos de sus colegas, amigos y familiares han lamentado el deceso de la joven, a quien han descrito como una mujer trabajadora, simpática y ‘llena de sueños’.
Hasta el momento se desconoce el motivo del crimen y el paradero de los responsables, pero se especula que podría tratarse de un crimen por encargo.
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