Tegucigalpa, Honduras.- Mientras la violencia y criminalidad sacuden constantemente al país, los técnicos de balística de Medicina Forense y de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI) recurren a técnicas obsoletas para identificar a los criminales porque desde hace cinco años se dejó de pagar el mantenimiento y soporte técnico del Sistema Integrado de Identificación Balística (IBIS, por sus siglas en inglés).
Durante el foro “Balística Forense y Tecnología”, realizado el 26 de febrero de 2025, expertos explicaron cómo la falta del sistema ha obligado a retornar a técnicas lentas y poco efectivas, como la microscopía clásica, para identificar armas involucradas en hechos delictivos, reduciendo la eficiencia en la resolución de casos.
A un costo de 20 millones de lempiras, entre el 2014 y 2015, y con apoyo del gobierno canadiense, se puso en marcha en Honduras el IBIS, considerándose, en ese entonces, un gran salto en la lucha contra la criminalidad. Supuestamente, atrás quedaba el empirismo.
En Honduras, conocedores del tema lamentaron que las autoridades aprobaron 2,000 millones de lempiras en unas caóticas elecciones primarias, incluso, que entes operadores de justicia no ejecutan su presupuesto anual, pero no son capaces de pagar 50 millones de lempiras en una herramienta que ayudaría a combatir criminales.
Actualmente, no se cuenta con un registro balístico de armas reales, lo que representa un problema grave en un país donde se registra una gran cantidad de masacres, consideró Nelson Castañeda, director de seguridad y justicia de la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ).
Además, no existe un registro balístico actualizado, lo que limita la capacidad de vincular armas decomisadas con crímenes anteriores. Peritos y expertos aseguran que esta situación contribuye a la impunidad, especialmente en casos de masacres, que suman ya 13 en lo que va de 2025.