Tegucigalpa, Honduras
La larga espera terminó este lunes para dos de los hijos del infortunado piloto panameño Carlos Agustín Aizpurua Zapata; a las 7:30 de la mañana el cuerpo sin vida del aviador fue ingresado a la morgue del Ministerio Público, en la capital.
Carlos y Juan Aizpurua llegaron hasta el recinto médico legal para poder retirar el cadáver de su progenitor, quien sufrió un accidente aéreo el pasado 9 de noviembre, cuando sobrevolaba por la zona del Lago de Yojoa.
“Nos miramos hace unos días antes de que él partiera para acá, tuvimos chance de despedirnos, pero no en persona”, relató Carlos Aizpurua, hijo del fallecido.
“Sabíamos que venía para Honduras, pero él tenía más de 40 años de experiencia y no existía preocupación alguna”, agregó.
Un mes de pilotar
Carlos manifestó a EL HERALDO que su padre “tenía menos de un mes de pilotear el avión”, sin embargo, no especificó si conocían el estado mecánico de dicha aeronave.
Don Carlos Agustín, de 64 años, se comunicó con la familia en Panamá cuando aterrizó con su avión en San Pedro Sula, les dijo que estaba bien y que el clima estaba en óptimas condiciones, luego partió hacia Choluteca, compartieron sus hijos.
“Él hizo lo imposible por salvarse y por proteger el avión”, argumentó Carlos, tras conocer cómo quedó la pequeña aeronave y en el lugar en el que realizó el aterrizaje forzoso.
Este lunes, los restos mortales del piloto fueron entregados a sus dos hijos, en Medicina Forense, y este día podrían ser repatriados hasta la ciudad de Chiriquí, en el hermano país de Panamá, de donde era originario.
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