CORTÉS, HONDURAS.- Luego de ser ultimada a balazos por hombres que vestían indumentaria de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI), el cuerpo de Erika Yulissa Bandy fue llevado a la morgue de San Pedro Sula, en la zona norte de Honduras, donde permaneció hasta ser reclamado por una persona externa a la familia.
La razón por la cual ningún familiar o amigo se presentó a reclamar sus restos sería el temor que los invade tras la manera violenta en la que perdió la vida Erika, la misma en la que también murió su esposo, Magdaleno Meza, hace más de tres años en una cárcel de máxima seguridad.
“Los familiares mandaron una funeraria con carta poder, no quisieron presentarse a la morgue, mandaron documentos, un permiso autenticado por un notario para que la funeraria se hiciera cargo del cuerpo”, dijo una fuente a Grupo Opsa.
De igual forma, se conoció que después, su cadáver fue llevado a una sala de preparación y posteriormente a un cementerio, del cual no se reveló su ubicación y tampoco si su entierro se realizó en presencia de allegados.
El crimen
Erika fue asesinada el 22 de junio de 2023 dentro de una panadería en el barrio Río de Piedras en San Pedro Sula. La mujer llegó al establecimiento acompañada de dos guardaespaldas, pero instantes después de haberse bajado de un vehículo e ingresar al local comercial, fue seguida por varios hombres armados que vestían indumentaria policial.
Algunos de ellos se quedaron afuera y despojaron de sus armas a los guardaespaldas, mientras que otros ingresaron a la tienda en busca de la fémina. Cuando uno de ellos la ubicó con la vista, caminó hacia ella y le disparó en tres ocasiones en el rostro hasta quitarle la vida.
Los hombres que se quedaron afuera con los guardaespaldas los arrodillaron y al tenerlos sometidos en el suelo también les dispararon, dejando así una nueva masacre en el país. Tras cometer el hecho violento huyeron a bordo de un carro tipo puck up.
Erika era muy conocida en Honduras por haber sido la esposa de Nery Orlando López Sanabria, también conocido como Magdaleno Meza. Ambos fueron detenidos en 2018 por varios delitos.
Meza era acusado, entre otras cosas, de narcotráfico, por suponerlo socio de Los Valle, uno de los grupos criminales más importantes de Honduras y cuyos líderes fueron extraditados a Estados Unidos por su participación en el tráfico de drogas.
Una vez en prisión, Meza también tenía a las puertas una posible extradición, pero fue asesinado en la cárcel de máxima seguridad conocida como “El Pozo”, en Ilama, Santa Bárbara antes de que eso ocurriera. Su asesinato, al igual que el de su esposa, quedó captado en videos de cámaras de seguridad en los que se observa que su muerte fue planificada.
Erika había salido de prisión en 2022 tras una polémica reforma a la Ley de Lavado de Activos.
