El triple crimen tuvo lugar en la colonia Ciudad Nueva, en la periferia de Choluteca, aproximadamente a las 7:15 de la noche, de acuerdo con los informes de la Policía Nacional.
Los pobladores de la zona contaron a la Policía que dos sujetos de aspecto juvenil llegaron al lugar a bordo de una motocicleta y que después solo escucharon la fuerte descarga de disparos.
Los dos sicarios entraron a la casa y dispararon contra todos los que estaban dentro de ella.
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Las tres víctimas
Los fallecidos fueron identificados como María del Carmen Amador, su hijo Jorge Alberto Hernández Amador y el sobrino de María, Andy Josué Briceño Amador.
En la vivienda también se encontraba Yorly José Fúnez, un joven amigo de la familia, quien se debate entre la vida y la muerte en el Hospital del Sur, en Choluteca.
Posterior al hecho, varias patrullas policiales llegaron a la zona del triple asesinato para ver qué era lo que pasaba, luego que varios pobladores llamaron con insistencia a la línea de emergencias 911 reportando el suceso.
Al entrar al inmueble encontraron a las cuatro personas, algunas de ellas inconscientes y con múltiples disparos en sus cuerpos.
De inmediato, los tres jovencitos fueron subidos a una de las patrullas policiales y llevados rápidamente hasta el Hospital del Sur, pero lamentablemente su estado de salud era crítico y al ingresar fueron declarados muertos dos de ellos: Jorge Alberto Hernández Amador y su primo Andy Josué Briceño Amador. Entre tanto, doña María expiró en la sala de su casa.
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Posible pleito de territorio
Las cuatro personas estaban cenando en el momento que los dos sicarios perpetraron el violento ataque armado. Una fuente ligada a la Policía Nacional manifestó que los ahora occisos pertenecían a una organización delictiva que opera en esta ciudad del sur del país, conocida como Banda Los Pelones, quienes se dedicaban a la venta de drogas, sicariato, entre otros delitos.
Además, informó que la zona donde fueron ejecutados es un lugar que está en disputa entre dicha asociación y la Mara Salvatrucha (MS-13).
Doña María también era madre de dos niñas, menores de 12 años, que ahora solo quedarán al cuidado de su padre.
Los parientes de los fallecidos no permitieron que los cuerpos fueran llevados a Medicina Forense, en la capital.