Tegucigalpa, Honduras
Las horas de espera para confirmar si su hija estaba muerta se volvieron eternas para un padre y sus demás familiares.
El viernes en horas de la mañana la tensión y desesperación inundaban a toda una familia porque necesitaba saber si la joven que ellos reportaron como desaparecida era un cuerpo desmembrado que ingresó a la morgue de la capital.
Durante esas horas, ellos aún conservaban la esperanza de que su hija no fuera esa víctima y que aún estuviera con vida.
A su vez, una señora también llegó a la morgue a buscar a su hija desaparecida y que sospechaba que podría ser esa joven asesinada brutalmente.
Eso generó dudas a la otra familia y las expectativas de que su pariente estuviera con vida crecieron.
Sin embargo, alrededor de las 12:30 del mediodía la esperanza murió, ellos confirmaron que ese cuerpo asesinado de forma dantesca sí era su pariente. El padre, hermanas y demás familiares de la menor se derrumbaron y rompieron en llanto al confirmar la noticia.
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Desmembrada
El cuerpo de la menor, de 14 años de edad, fue hallado por las autoridades policiales desmembrado en cabeza, brazos y piernas que estaban en el interior de dos costales de mezcal.
El hallazgo se hizo la noche del jueves en la colonia Nueva Suyapa, por el sector de La Montañita. Una vez que la identificaron, se conoció que la joven se llamaba Abigaíl Gutiérrez Mendoza.
Rapto
La hermana de la menor contó que Abigaíl salió a comprar a una pulpería que está ubicada cerca de la casa. Pasaron las horas y la menor no regresó, pero la madre no hizo nada ante su ausencia.
Fue hasta el viernes en horas de la mañana que los demás familiares supieran la noticia que en la colonia donde viven encontraron un cuerpo y la joven no estaba.
Inmediatamente se fueron a buscarla a la morgue capitalina con la esperanza de que no fuera ella. Una persona les dijo a los familiares que unos sujetos la interceptaron, la agarraron del pelo y a la fuerza la subieron a un carro pick-up negro, doble cabina y sin placas.
También les comentaron que la joven rompió en llanto al ser agredida por quienes la raptaron. Abigaíl vivía con su padre en la aldea de Suyapa, pero desde hace dos meses se estaba quedando con su madre en la colonia Flores de Oriente.
Ella estaba pasando las vacaciones del colegio con su madre y en su retorno a clases en febrero iba a volver con su padre. La muchacha estudiaba en el Centro Educativo Básico Monseñor Jacobo Cáceres, de la aldea de Suyapa, iba a octavo grado.
“Dios mío, mi hermana no puede ser, ella no era una criminal, ¿por qué le hicieron eso? Cómo la dejaron”, exclamó en llanto la hermana. Ella contó que hace tiempo otra hermana se había salvado de que unos sujetos los asesinaran. Los familiares tendrán que esperar hasta el próximo martes para reclamar el cuerpo de la menor.
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