San Pedro Sula, Honduras
El reporte de las llamadas telefónicas, así como las declaraciones de testigos protegidos, tienen en aprietos a cuatro jóvenes que fueron acusados del descuartizamiento de dos mujeres en Choloma.
Estas pruebas fueron presentadas ayer en la audiencia inicial a la que comparecieron los acusados Olman Rubí Tróchez Menjívar, Kevin Josué Guevara Ramírez, Santos Enrique Mejía Alvarado y Brayan Samir Torres ávila.
El 20 de junio, las autoridades hicieron el reconocimiento de los restos de Irma Idiómedes Quintero López, de 21 años, y Dunia Xiomara Murillo, de 33 años, en la colonia Edilberto Solano, del sector López Arellano, de Choloma.
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Una de las féminas fue encontrada descuartizada, pero aún las autoridades no han encontrado el tronco del cuerpo.
La otra mujer fue decapitada y su cabeza estaba dentro de un saco junto a la otra cabeza de su amiga.
Con las investigaciones, los agentes de investigación de la DPI determinaron que las mujeres habían sido asesinadas en la casa en la que vivían en la colonia Edilberto Solano, donde a una de ellas la cortaron completamente en varias partes.
Con un testigo, los investigadores lograron conocer que a la casa llegaron tres taxis y vio cuando sacaron unas bolsas y las colocaron en el baúl de una de las unidades de transporte colectivo.
Otros tres sujetos, al irse los carros, se quedaron en la casa y salieron por la parte de atrás de la vivienda.
En la audiencia, la defensa sostuvo que dos de los muchachos acusados fueron contratados para limpiar la casa, en la que habían manchas de sangre, y que no tuvieron ninguna participación en los crímenes de las dos muchachas que eran amigas.
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