TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Momentos de angustia vivió un hombre al mediodía de este jueves, cuando se vio acorralado por la ola de violencia que azota al país. Pues si la voluntad de los asesinos hubiera sido otra, nunca más hubiese podido reencontrarse con su familia tras salir a trabajar conduciendo su taxi como cada día.
El taxista recorrió varias calles en busca de pasajeros, hasta que tres personas, de forma normal, solicitaron una carrera a la altura de un supermercado situado a inmediaciones del Comando de Operaciones Especiales, mejor conocido como “Los Cobras”, y le pidieron llevarlos hasta la colonia Villa Nueva, siempre en Tegucigalpa, la capital de Honduras.
Una vez dentro del taxi emprendieron la marcha, pero de un momento a otro estaban siendo víctimas de un ataque a balazos, pues según el conductor de la unidad de transporte público, personas a bordo de una camioneta de color negro les dispararon de forma directa.
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Él, en un instinto natural de supervivencia, intentó conducir mucho más rápido, pero la misma camioneta se le atravesó, bloqueándole el paso para terminar su cometido.
“Ellos me vienen tiroteando desde allá (atrás), pero cuando yo vengo aquí ellos me cruzan la camioneta, yo me paré, le puse la emergencia y aquí terminaron de tirotear al hombre”, agregó.
El hombre al que el conductor se refirió era uno de sus pasajeros, quien quedó tendido sobre el asiento trasero del carro, con varias balas dentro de su cuerpo. Una mujer que iba sentada junto a él resultó herida y fue llevada de emergencia a un centro asistencial.
Los vidrios del taxi quedaron quebrados debido a los impactos de bala que se produjeron en la persecución, pero afortunadamente el conductor y una mujer que viajaba como copiloto no resultaron lesionados. Esa fémina fue quien acompañó a la mujer herida hasta el hospital, en un intento por salvar su vida.
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El conductor del taxi, quien en medio de su confusión y consternación dio declaraciones a la prensa, narró que lo primero en lo que pensó al sentirse acorralado junto a sus pasajeros fue: “¡Ya me mataron, ya me mataron!”; pero afortunadamente para él, el blanco de los criminales era otro.
Al lugar del crimen, en un puente a desnivel situado en la colonia 21 de Octubre, llegaron agentes de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI), quienes comenzaron a recolectar las pruebas correspondientes para dar paso a la investigación, para determinar el móvil del hecho violento y el paradero de los autores.
En la escena quedaron alrededor de 10 casquillos dispersos, por lo que las autoridades acordonaron el área y tomaron la evidencia respectiva.
El taxista, quien debió permanecer en el sector para ser interrogado por las autoridades y a la espera de las instrucciones para recuperar su unidad de trabajo, rompió en llanto minutos después, tras dimensionar lo ocurrido y agradeció por la nueva oportunidad de vida.
”Le doy gracias a Dios, él tiene un propósito para mí. Ya le avisé a mi familia que estoy bien”, dijo con su voz conmovida.
Pobladores de la conocida colonia llegaron hasta el sector para lamentar lo ocurrido y pidieron una pronta investigación que permita acusar a los autores del crimen, para que este hecho no quede en impunidad, como muchos otros.
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