SAN PEDRO SULA, HONDURAS.- Para quienes trabajan en menesteres ligados al rubro del transporte, el reinicio de sus actividades en medio de la pandemia ha traído consigo un sinnúmero de ataques criminales que han cobrado la vida de varios de los operarios.
Al menos unas diez personas, entre motoristas de buses, taxis y mototaxis, han sido asesinadas entre septiembre y octubre del presente año, cuando se les otorgó el permiso para poder circular nuevamente.
El jueves otro golpe fue asestado por la criminalidad generalizada; esta vez contra el motorista de un taxi de servicio VIP.
Acababa de salir de su casa
El hecho violento se registró a las 6:21 de la mañana en la calle principal de la colonia Santa Marta de San Pedro Sula.
La víctima respondía en vida al nombre de Ronald Alexander Fúnez. Información preliminar en poder de la Policía señala que dos sujetos en una motocicleta le dieron seguimiento minutos después de que Ronald saliera de su vivienda en la colonia Brisas del Cacao, colindante con la Santa Marta.
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Al entrar a la calle principal de la colonia Santa Marta, los dos sicarios en una misma motocicleta comenzaron a darle persecución hasta alcanzarlo y al estar casi a la par del carro comenzó la ráfaga de disparos contra el taxista VIP.
Ronald conducía un vehículo Toyota Corolla, color azul, con placas HBF 1313, en el que laboraba, pero no era de su propiedad.
Al recibir los primeros impactos de bala, el motorista perdió el control del carro y una de las llantas se atoró en la cuneta de aguas lluvias, a la orilla de la calle. Esta situación fue aprovechada por los gatilleros para rematar el ruletero a plena luz del día. Lo sacaron del carro y para cerciorarse de su muerte le siguieron disparando.
Frontera del terror
Sin tener nada concreto sobre los motivos del crimen, las hipótesis policiales indican que podría tratarse de un intento de robo del automotor o el hecho de que Ronald haya cruzado por una zona dominada por otra pandilla distinta a la que delinque en la colonia Brisas del Cacao.
“Era tranquilo, trabajaba en ese carro pero no era de él, vivía en Brisas del Cacao”, dijo un joven que lo conocía y que llegó a la escena del crimen en la Santa Marta.
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Ronald Fúnez era padre de un niño y un joven muy trabajador según manifestaron sus parientes, quienes también llegaron a ver la penosa escena de muerte.
Agentes policiales llegaron para acordonar la escena, recabar las primeras pesquisas y levantar las evidencias posibles. Es de conocimiento público que entre las colonias Santa Marta y Brisas del Cacao se ha establecido desde hace muchos años la frontera entre la Pandilla 18 y la Mara Salvatrucha (MS-13), razón obvia de sus niveles de peligrosidad.
