Islas de la Bahía, Honduras.- Sobrevivientes, familias en duelo y héroes anónimos que lograron salvar a cinco de las 17 personas a bordo del avión, todos tienen una historia difícil de contar.
Gerson, uno de los pescadores presentes en el mar cuando un avión que viajaba de la isla de Roatán hacia la ciudad de La Ceiba, rescató a Jairo Vargas, un hombre que viajaba junto a su esposa rumbo al entierro de su hija en Olancho.
"Gracias a Dios, pude rescatar a una persona, un muchacho con barbita, el que iba a ver a su niña que había fallecido. Yo lo rescaté, estaba con vida", contó Gerson.
Ese momento, que lo marcó para siempre, sigue vivo en su memoria. A casi una semana del accidente, el pescador comparte su historia.

Gerson recuerda que la aeronave cayó al mar y que algunos pescadores que estaban en la zona estuvieron a punto de ser aplastados por el pesado medio de transporte. Sin dudarlo, él y sus compañeros faenadores se lanzaron al agua para ayudar a las víctimas.
Explicó que Jairo logró mantenerse a flote porque su cuerpo descansaba sobre el de una joven que ya había fallecido.
"Nosotros ya estábamos pescando cuando ocurrió el accidente. Otros pescadores vieron cómo el avión casi les cae encima, pero gracias a Dios no fue así. Empezamos a ver cuerpos por todos lados. Es algo inolvidable, que nunca podré sacar de mi cabeza", lamentó.
Fotogalerías sucesos
El vuelo, con destino a La Ceiba, transportaba a 17 personas, todas con diferentes historias.
Entre las víctimas, se encontraba una familia de cuatro miembros, también dos hermanas que regresaban de visitar a su padre que vive en la isla y con quien pudieron festejar la víspera del Día del Padre Hondureño.
Además, viajaban el experimentado piloto, Luis Araya, y su joven y brillante copiloto Francisco Lagos, quienes murieron.
Entre las víctimas también estaba el cantautor hondureño Aurelio Martínez Suazo y su mánager, la francesa Helene Guivarch, esta última sobrevivió.
También iban a bordo Jairo Vargas y su esposa, pero solo él logró sobrevivir. Según recuerda el hondureño, él pudo mantenerse a flote apoyándose en el cadáver de una mujer que tomaba su mano, quien ahora cree que era su esposa, Seida Xiomara Torres George.