TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Un equipo especializado de la Fiscalía Especial de Delitos contra la Vida (Fedcv) y la Dirección Policial de Investigaciones (DPI) encabeza las indagaciones del brutal crimen cometido por un comando armado en la capital la madrugada del jueves.
“Iniciamos las diligencias investigativas y tenemos varios grupos especializados en el caso. Vamos a tener resultados en las próximas horas”, declaró el jefe de la Policía Nacional, Gustavo Sánchez.
Los fiscales e investigadores ya tienen en su poder los videos de las cámaras de seguridad del centro comercial donde ocurrió el crimen y del Sistema Nacional 911.
Estos videos servirán para identificar el rumbo que tomaron los sicarios. Además, ayer mismo tomaron una serie de declaraciones a testigos protegidos que presenciaron la masacre.
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Asimismo, los investigadores levantaron más de un centenar de casquillos que quedaron en la escena del crimen, para someterlos a las pruebas de balísticas.
Los fiscales también levantaron los teléfonos celulares de los cuatro jóvenes con el fin hacer un vaciado telefónico y detectar más pesquisas que lleven al esclarecimiento del asesinato que mantiene conmocionada a la sociedad.
En las manos de los investigadores también se encuentra el informe preliminar de autopsia practicado a un sujeto que falleció en una clínica privada y supuestamente está implicado en la masacre. “Tenemos bastante información... vamos a procesarla”, dijo un investigador.
Los fiscales también tienen la tarea de investigar si los uniformes utilizados por los criminales son de la Fuerza Nacional Anti Maras y Pandillas.
“El proceso de investigación va bastante avanzado, creo que hay una expectativa positiva de parte de mis compañeros en relación de dar una respuesta el marco y a la brevedad posible que se pueda”, aseguró Lorena Cálix, vocera de la Fiscalía.
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Para el criminólogo y exdirector de investigaciones criminales del Estado, Gonzalo Sánchez, que los homicidas utilicen indumentaria militar para cometer el crimen solamente deja en evidencia que fue bien planificado.
“El utilizar indumentaria policial o militar para cometer el asesinato se convierte en un asesinato premeditado, por lo que esto va a traer grandes consecuencias”, argumentó Sánchez.
La madrugada del miércoles, al menos cinco sicarios acribillaron a los jóvenes Saíd Lobo Bonilla (hijo del expresidente Porfirio Lobo) y Luis Armando Zelaya Rivera (sobrino político del general Romeo Vásquez Velásquez).
En el ataque armado fueron ejecutados Salomón Vásquez (sobrino del diputado Walter Chávez) y Norlan Rivera, motorista de la familia Lobo.
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