Al lugar llegaron familiares, amigos, vecinos y compañeros de la institución policial, quienes lamentaron la irreparable pérdida del joven agente que fue asesinado junto a su colega Carlos Alberto López Mendoza (28), en la colonia Cerro Grande.
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Los compañeros de armas de Flores Alvarado se mostraron bastante afectados, pues dijeron que era un joven alegre y lo describieron como un buen compañero y policía, además, admitieron que este tipo de crímenes aumenta el temor cada vez que salen a atender una emergencia.
Al lugar también llegó el comisionado Rommel Martínez, director de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI), quien externó palabras de solidaridad con sus familiares y aseguró que 'todavía estamos en la etapa de constatación. No hay un tiempo límite para concluir la investigación, pero vamos a dar con el paradero de los individuos responsables'.
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Luto en El Paraíso
Por su parte, el cuerpo de Carlos Alberto López Mendoza fue llevado hasta su lugar de origen en el municipio de Danlí, departamento de El Paraíso, zona oriental de Honduras, donde entre lágrimas e impotencia lo recibieron con un grupo de mariachis. El pasado domingo, mientras recogían su cadáver en la morgue capitalina, el padre del joven de 28 años lamentó la forma en la que murió su vástago y recordó que su hijo siempre había querido ser policía y que pese a los riesgos que se corren en dicha profesión, él no tuvo más remedio que apoyarlo.VEA TAMBIÉN: Un policía de vocación y un fanático del 'parkour': así eran los policías acribillados en la Cerro Grande