Enfrascar el exquisito aroma de hierbas, junto a la embocadura del vino y la intensidad del ajo y la sal, es tan solo una de las ingeniosas propuestas que ofrece la cocina experimental de Sal si Quiero.
La microempresa de sales saborizadas entrega un viaje sensorial a través de hierbas provenzales, especias y sales hondureñas.
Con apenas un mes en el mercado, este proyecto encabezado por Eva Carolina Gómez, Juan Carlos Fernández y Miguel Ávila está diversificando la cocina tradicional con una cartilla de 90 recetas artesanales, donde funcionan más de 50 ingredientes con sales sureñas.
Claves del éxito
Tras diversas pruebas y errores en el desarrollo de sus recetas, los creadores de Sal si Quiero concluyen que la experimentación, empeño y desenvolverse en un segmento que les apasiona son puntos básicos para el éxito de su microempresa.
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“Desde que los tres amigos consolidamos el proyecto en julio de 2017, fusionamos la personalidad e influencias culinarias de cada uno y logramos crear más de 100 combinaciones que hacen de los platillos una opción más saludable -ya que con su utilización se reduce el consumo de sal- y una irresistible carta de sabores y aromas”, apunta.
Con 60 mil lempiras de inversión, en un primer lote se comercializaron siete variedades de sales gourmet, entre ellas Chica humo, Vino y verás, Pio pio, Frijolera y Chancha.
A futuro los emprendedores que se declaran amantes del arte culinario buscan ampliar la cartilla, experimentar con ingredientes internacionales y penetrar en el mercado local.