TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Una de las tradiciones más arraigadas de la Navidad se ha instalado por completo en la capital: los nacimientos.
Muchos sectores lucen espectaculares obras que le brindan realce y sentido a los actos religiosos de estas esperadas fechas.
Un gran valor
Los nacimientos, también llamados pesebres o belenes, tienen su origen en los “montajes vivientes” que recreó San Francisco de Asís hace más de 800 años. Hoy, son parte fundamental en la decoración navideña de los capitalinos.
Esta época de frío, pero colmada de armonía familiar, llega a los hogares de los ciudadanos acompañada de una brillante tradición que le otorga el verdadero sentido de la celebración: la elaboración de pesebres.
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Sin duda, es en estos días cuando Tegucigalpa se convierte en la cuna de Belén, concediéndole ese honor a los espacios públicos, privados y hogares en donde se reviven las escenas del hecho que marcó la historia de la humanidad como lo es el nacimiento del hijo de Dios.
Las plazas, bulevares, parques, avenidas, bancos y casas de la antañona Real de Minas lucen sus mejores galas a través de cada uno de los nacimientos instalados en estos sitios.
Nacimientos representativos
En la capital elaborar pesebres es ir más allá de preparar un espacio y colocar figuras en representación artística del natalicio de Jesús.
La costumbre que nació alrededor de 1223 se constituye en un regalo para las familias y, por supuesto, un método de evangelización.
Campo Parada Marte, Banhcafé, Banpaís, Plaza Miraflores y la Villa Navideña AMDC son algunos lugares que han plasmado sus nacimientos con la finalidad de encender el espíritu navideño entre los capitalinos.
Por su parte, la parroquia San José Obrero de la colonia Maradiaga ejecutó un novedoso meganacimiento que tiene una longitud de 15 metros y que fue elaborado en un mes.
Para que cada uno de los hondureños viva una verdadera celebración debe saber con claridad su significado.
El párroco de la iglesia, padre Ricardo Chiang, expresó a EL HERALDO que “la Navidad es el acontecimiento para conmemorar la encarnación del hijo de Dios. Es un tiempo de espiritualidad, alegría y gozo”.
De acuerdo con el religioso, el objetivo primordial de los pesebres es la contemplación, pero... ¿qué es lo que vamos a contemplar?
“El misterio de ese Dios que nace en medio de nosotros que viene a salvarnos y a rescatar al hombre del pecado”, afirmó el clérigo.
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Espíritu verdadero
Los capitalinos que desean entrar en un espíritu meditativo y centrarse en la celebración real de la Navidad, cada Fin de Año, realizan los belenes en sus viviendas.
“Les invito a que rescatemos el auténtico sentido de la Navidad y que en nuestra casa resaltemos lo más importante que es el nacimiento”, puntualizó Chiang.
Muchos nacimientos están disponibles al público para que puedan visitarlos.