TEGUCIGALPA, HONDURAS.- ¿Alguna vez ha sentido curiosidad por saber cuál es la historia de los animales que permanecen en los recintos de un zoológico? Déjeme mostrarle la vida que no conoce de los residentes del
zoológico Rosy Walther de Tegucigalpa. ¡Descubramos juntos sus asombrosos mundos!
Hoy le presento a un enorme reptil que mide casi dos metros. Para sorpresa de muchos, no tiene nombre, pero sus cuidadores dicen que podemos ser originales y llamarla La Cocodrila…
VEA: Los inquilinos del Rosy Walther siguen atrayendo a los capitalinos
Fue donada al Rosy Walther hace más de 20 años, lo que la convierte en el animal más antiguo del relajado lugar. La Cocodrila es de muy pocos amigos, es bastante enojada, demasiado territorial y le fascina estar sola.Pero eso no es todo. No le gusta que la molesten y la presencia de otros cocodrilos sencillamente la incomoda.
Nuestra amiga vigila su zona a más no poder, si nota que alguien se acerca, sus alertas se encienden de manera inmediata y busca esconderse en el agua, donde permanece atenta sobre cualquier movimiento de los espectadores, quienes observan con admiración cada detalle de su áspero cuerpo.
Sus ojos son como dos diamantes que resaltan al estar sumergida en el agua. Al apreciar su enorme hocico alargado, podríamos pensar que es un reptil que come demasiado y a todas horas, sin embargo, hay muchas cosas que sorprenden de esta especie. La Cocodrila se alimenta de pollos enteros y vísceras de feto de res, pero lo hace cada 15 días debido a que su metabolismo es muy lento.
Además, es un animal que no puede regular su temperatura corporal, por esta razón siempre está bajo los fuertes rayos de sol. Pese a lo grande que es, La Cocodrila, como sus demás vecinos, requiere de cuidados; dos personas entran a su espacio para asear su recinto, alimentarla o cambiarle el agua (una o dos veces a la semana).
Al mirarla con delicadeza, se puede describir a una cocodrila que vive tranquilamente, casi no se mueve y cuando lo hace, es para acomodarse mejor o darse un pequeño chapuzón, pese a que le cueste salir del agua, porque arrastra mucho su parte ventral debido a que sus pequeñas patas no le ayudan mucho.
Por otro lado, no puedo dejar de compartir con usted que durante la visita que realicé a La Cocodrila llamó mucho mi atención el verla “dormir”, pues de acuerdo con uno de sus vigilantes, nunca se sabe si está durmiendo, dormitando (estar medio dormido) o reposando (permanecer quieto o inactivo durante un tiempo).
Así que usted ya lo sabe, si decide salir de la rutina asistiendo a este agradable sitio, no olvide pasar visitando a nuestra amiga, que aunque ame la soledad, seguramente le dará gusto notar su presencia. Por cierto, si tiene la suerte de verla “dormida”, cuestiónese si realmente lo está...
Hoy le presento a un enorme reptil que mide casi dos metros. Para sorpresa de muchos, no tiene nombre, pero sus cuidadores dicen que podemos ser originales y llamarla La Cocodrila…
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Fue donada al Rosy Walther hace más de 20 años, lo que la convierte en el animal más antiguo del relajado lugar. La Cocodrila es de muy pocos amigos, es bastante enojada, demasiado territorial y le fascina estar sola.Pero eso no es todo. No le gusta que la molesten y la presencia de otros cocodrilos sencillamente la incomoda.
Nuestra amiga vigila su zona a más no poder, si nota que alguien se acerca, sus alertas se encienden de manera inmediata y busca esconderse en el agua, donde permanece atenta sobre cualquier movimiento de los espectadores, quienes observan con admiración cada detalle de su áspero cuerpo.
Sus ojos son como dos diamantes que resaltan al estar sumergida en el agua. Al apreciar su enorme hocico alargado, podríamos pensar que es un reptil que come demasiado y a todas horas, sin embargo, hay muchas cosas que sorprenden de esta especie. La Cocodrila se alimenta de pollos enteros y vísceras de feto de res, pero lo hace cada 15 días debido a que su metabolismo es muy lento.
Además, es un animal que no puede regular su temperatura corporal, por esta razón siempre está bajo los fuertes rayos de sol. Pese a lo grande que es, La Cocodrila, como sus demás vecinos, requiere de cuidados; dos personas entran a su espacio para asear su recinto, alimentarla o cambiarle el agua (una o dos veces a la semana).
Al mirarla con delicadeza, se puede describir a una cocodrila que vive tranquilamente, casi no se mueve y cuando lo hace, es para acomodarse mejor o darse un pequeño chapuzón, pese a que le cueste salir del agua, porque arrastra mucho su parte ventral debido a que sus pequeñas patas no le ayudan mucho.
Por otro lado, no puedo dejar de compartir con usted que durante la visita que realicé a La Cocodrila llamó mucho mi atención el verla “dormir”, pues de acuerdo con uno de sus vigilantes, nunca se sabe si está durmiendo, dormitando (estar medio dormido) o reposando (permanecer quieto o inactivo durante un tiempo).
Así que usted ya lo sabe, si decide salir de la rutina asistiendo a este agradable sitio, no olvide pasar visitando a nuestra amiga, que aunque ame la soledad, seguramente le dará gusto notar su presencia. Por cierto, si tiene la suerte de verla “dormida”, cuestiónese si realmente lo está...