En los últimos ocho años, en Tegucigalpa y Comayagüela se construyeron 45 megaproyectos entre túneles, pasos elevados y vías rápidas, además de unas 40 rotondas, que en su mayoría son obras complementarias.
Silvio Larios, director ejecutivo de la Cámara Hondureña de la Industria de la Construcción ( Chico), manifestó que a pesar de que se aplaude el avance en infraestructura vial, se debió destinar esfuerzos a otro proyectos que aliviarán problemas como la falta de agua en la capital.
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“Las obras viales son necesarias, pero el tema de agua y saneamiento durante los último 20 años no ha tenido desarrollo”, agregó Larios.
Según los expertos, la improvisación en la construcción de las obras generó conflictos viales en la ciudad. Además que en algunos puntos donde se construyeron obras, lo único que se hizo fue trasladar el problema de un punto a otro.
“No esta mal lo que se hizo, pero se debió tener un balance con otros problemas”, enfatizó Larios.
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El director ejecutivo de la Chico consideró que entre los proyectos que son un dolor de cabeza para los capitalinos está la rotonda en la salida al sur, que genera más trafico y está en análisis para ser retirada.
Asimismo recomendó que se debe promover la socialización de las obras, con el fin de que el capitalino conozca qué se está haciendo en la ciudad.
Por su parte Arturo Suárez, experto en Desarrollo Urbano, es del criterio que las obras se deben hacer bajo un plan, pero pocas de ellas responden a esto. “Acá también está el incorrecto diseño de algunas obras, si nos remitimos a estándares internacionales de diseño vial, algunas obras no cumplen con lo mínimo, lo que hace que no funcionen como deberían, un claro ejemplo es la rotonda en la salida al sur, en Loarque”, explicó Suárez.
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El diámetro de las rotondas debe ser de 30 metros y lo recomendable es de 45 metros, y en muchas que se construyeron en la capital, el diámetro es de 18 metros, por lo que no hay espacio suficiente para que los vehículos fluyan en los carriles, según explicó Suárez.
Además consideró que la solución para reducir el tráfico en el Distrito Central definitivamente es el transporte público.
“El tráfico inducido es incentivar al ciudadano a comprar carro, esto se da por ejemplo si usted amplía una calle”, afirmó Suárez.
Por su parte, las autoridades de la comuna capitalina informaron que se harán modificaciones en algunas obras que se encuentran saturadas, por ejemplo el paso en el El Prado-Humuya, que tolera la carga de 80 mil conductores a diario y solo tiene capacidad para 40 mil cada día.
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