TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Imagínese despertar cada mañana con una opresión en el pecho, una ansiedad que se enrosca alrededor de la garganta como una serpiente venenosa y un pensamiento nublado por la depresión.
Muchos hondureños libran a diario una dura batalla con las enfermedades mentales. Las frías estadísticas develan un desafiante panorama, que se complica aún más debido a servicios de salud inadecuados e insuficientes.
A pesar de contar con más de 1,000 centros de salud, 6 hospitales nacionales y 16 regionales, los recursos asignados a la salud mental son mínimos.
Sólo el 1.75% del presupuesto general que se le otorga a la Secretaría de Salud (Sesal), se asigna a los centros psiquiátricos, dejando apenas un 12% para los otros establecimientos sanitarios.
Es decir, que si la Sesal durante este 2024 contara con un presupuesto de 29,129.8 millones de lempiras, el 12%, es decir 61.1 millones deberán dividirse en más de 1,000 centros hospitalarios.
EL HERALDO conversó con expertos para saber si este fondo es suficiente para la cantidad de personas que acudieron, sólo en el 2023, a los Centros Integrales de Salud (CIS) en busca de ayuda psicológica.
Urgen centros
La psicóloga María López manifestó que “no sólo los hospitales psiquiátricos necesitan dinero para ayudar a la gente con problemas de la mente.También ocupamos que las comunidades tengan su propia inversión, para que todos puedan conseguir ayuda”.
Indicó que “todos merecen ayuda profesional, porque no importa a dónde vivan o qué problema tengan; el gobierno debe preocuparse por ellos”.
La Región Metropolitana de Salud (RMS), en un informe, señaló que “el acceso a la salud mental en nuestras redes es limitado. Las cifras de enfermedades y afecciones mentales son elevadas y van en incremento año con año”.
La RMS detalla que en el Distrito Central sólo hay “un psicólogo por cada 92,400 habitantes”.
Pero, al leer con detalle el informe, hay cifras que deben preocuparle a las autoridades de Salud y también al gobierno.
De las más de 46,000 atenciones en salud mental que se registraron, la mayoría son por trastornos neuróticos, abusos y violencia doméstica, y también por trastornos de humor.
Según estas cifras, del total de atenciones el Centro Integral de Salud Alonso Suazo se posiciona con una notable prevalencia del 34%, seguido de El Sitio, con un 16%, y Villa Adela con un 11%.Una tendencia interesante que emerge de este análisis es la disparidad en la demanda de servicios entre adultos y menores de edad.
El 71% de las atenciones en salud mental se dirigen a adultos, mientras que sólo el 29% es para niños y adolescentes.
Mujeres, las más afectadas
Además, se observa una clara diferencia de género en la demanda de servicios de salud mental, ya que el 64% de las atenciones son solicitadas por mujeres, en comparación con el 36% por hombres.
Los problemas mentales seguirán siendo eso “un problema”, y los presupuestos para estas enfermedades aumentarán cuando más personas no encuentren otra solución más que la muerte, dicen expertos en psicología.