El esfuerzo del laborioso estudiante Carlos Flores Valeriano, llamado de forma cariñosa Carlitos, por su familia y compañeros del Instituto Tecnológico Taular, obtuvo sus frutos, frutos que sin duda lo llevarán a alcanzar sus sueños.
Tras a dar a conocer su ejemplar historia en EL HERALDO, el joven de 13 años, que ayuda a su padre en la carnicería durante la mañana y estudia por la tarde, fue premiado con una de las 100 becas que otorgó el presidente Juan Orlando Hernández al Instituto Taular, a través del programa Becas 20/20.
El acto se desarrolló el día martes en el auditorio del Instituto Aldebarán, mismas instalaciones usadas de 3:30 PM a 7:00 PM por los alumnos de Taular, un colegio que otorga becas a alumnos de escasos recursos, con un alto potencial académico.
Durante el evento el mandatario solicitó que Carlitos tomara el micrófono y expresara su sentir.
Con un poco de nervios, pero con el temple de acero el ejemplar estudiante pronunció: 'Señor presidente aquí en Taular todos somos unos pequeños gigantes. A pesar de nuestras difíciles circunstancias, deseamos generar un cambio en Honduras. Dentro de unos años quiero ser doctor porque quiero ayudar a las personas. Gracias a Taular por darnos una educación académica y de valores. Nosotros como estudiantes seguiremos haciendo lo nuestro, que es estudiar'.
Carlitos conoce a su tocayo, el expresidente Carlos Flores
Mediante su cuenta de Twitter, el presidente Hernández dejó claro que lo prometido es deuda.
Carlitos siempre quiso conocer al expresidente Carlos Flores, y ese encuentro ya se hizo realidad este miércoles.
El laborioso y ejemplar alumno de cien, asisitió a Casa Presidencial y conversó durante varios minutos con el exgobernante liberal sobre sus aspiraciones a corto y largo plazo.
El exmandatario aprovechó para felicitarlo y desearle los mayores éxitos en su vida académica.
Al final ambos posaron para el lente de la cámara y sonrientes demostraron que con esfuerzo, cualquier meta puede verse materializada.
Así atiende en la carnicería
Al acercarse a la 'Distribuidora de carnes y pollos Vivian', ubicada en el mercado Colón de Comayagüela, es Carlitos quien te recibe. '¿Qué deseaba comprar? Hay carne, chuleta, pollo, ¿cuánto quiere?', dice de forma respetuosa. En realidad son pocas palabras, pero ya se asemejan al discurso de un adulto que se desempeña en un alto cargo gerencial.
Lo que más llama la atención es el pantalón escolar que lleva puesto y una mochila repleta de libros que está colgada al lado de los congeladores que almacenan los productos que su familia vende.
Encontrar a Carlitos en el negocio de su papá no es una imposición, sino una decisión propia del joven que cursa el octavo grado en el Instituto Tecnológico Taular.
Su ejemplar actitud y buen comportamiento como hijo y estudiante, lo hicieron merecedor de una beca. Carlos Espinoza, director de Taular, lo describe como un joven perseverante y esforzado.
'La historia de vida de Carlitos es impresionante. A pesar de las grandes exigencias académicas que tiene en el instituto, él dispone parte de su tiempo para ayudar a su familia en el negocio. Es muy luchador', detalla.