En medio del bullicio que reina en cualquier espacio destinado para vender productos, se logran distinguir las frases: '¿Qué deseaba tita?' ¿'Quería cocos amor?' 'Venga mami, pregunte qué quiere llevar'. Entre decenas de vendedores, en la esquina de las carnicerías del mercado Colón de Comayagüela está Carlos Josafat Flores Valeriano, Carlitos. Su pequeña estatura y peculiar forma de atraer a los clientes sobresale entre las carnes.
Mientras habla, él ondea con suavidad ambas manos en el aire, como si estuviera exclamando un importante discurso ante la apresurada multitud.
Por su estatura y delgada complexión es fácil descifrar que apenas tiene 13 años, un cálculo acertado, sin embargo al escucharlo hablar se descubren más sorpresas: es evidente que su pausada oratoria, su porte firme y su perfecta elocuencia para ofrecer los productos que hay en la carnicería de don Carlos Omar Flores García, su padre, son rasgos distintivos de un joven que ya camina en el sendero de la excelencia académica.
Al acercarse a la 'Distribuidora de carnes y pollos Vivian' es Carlitos quien te recibe. '¿Qué deseaba comprar? Hay carne, chuleta, pollo, ¿cuánto quiere?', dice de forma respetuosa. En realidad son pocas palabras, pero ya se asemejan al discurso de un adulto que se desempeña en un alto cargo gerencial.
Lo que más llama la atención es el pantalón escolar que lleva puesto y una mochila repleta de libros que está colgada al lado de los congeladores que almacenan los productos que su familia vende.
Encontrar a Carlitos en el negocio de su papá no es una imposición, sino una decisión propia de un joven de 13 años que cursa el octavo grado en el Instituto Tecnológico Taular, -un colegio privado que otorga becas de hasta 80% a jóvenes de escasos recursos, con un alto potencial académico-.
La rutina de Carlitos denota cuál es su prioridad: 'Me levanto, desayuno, ayudo a mantener limpia la casa y luego hago todas mis tareas. Si veo que aún me queda tiempo voy a ayudar a mi papá a la carnicería. No me gusta que esté solo'.
Su ejemplar actitud y buen comportamiento como hijo y estudiante, lo han hecho merecedor de muchos elogios. Para el caso Carlos Espinoza, director de Taular, lo describe como un joven perseverante y esforzado.
'La historia de vida de Carlitos es impresionante. A pesar de las grandes exigencias académicas que tiene en el instituto, él dispone parte de su tiempo para ayudar a su familia en el negocio. Es muy luchador', detalla.
Su progenitor que tiene 14 años en el rubro de las carnes no se queda atrás al mencionar las virtudes del tercero de sus cinco hijos. Orgulloso menciona que Carlitos se destaca por su humildad y carisma.
'Él sabe que la vida no es fácil, lo ha aprendido durante estos años. Me gusta que al ver situaciones difíciles no se rinda. Es un niño muy sano y emprendedor. Cada vez que viene me ayuda a vender, cortar, arreglar y asear. A veces se fija en lo que yo hago y después me dice: cuando me gradúe ya no va a vender en el mercado', narra don Carlos.
El menor está claro en sus proyectos a corto y largo plazo. Asegura que su clase favorita es álgebra, la 'más difícil', según su propia experiencia. Y cuando llegue su turno de ingresar a la universidad también tiene pensadas sus dos opciones: 'quiero ser doctor o arquitecto'.
En Taular es un joven activo, ahí forma parte del equipo de fútbol y sus maestros aseguran que es un estudiante bastante esforzado.
Respecto a la ayuda que brinda en el negocio de su familia, el joven narra con una amplia sonrisa en el rostro que muchas personas lo han felicitado. 'Cuando puedo vengo a ayudar a mi papá porque no me gusta que esté solo. La gente me felicita, pero también me dicen que no descuide mis estudios'.
La vida de Carlitos evidencia que el ejemplo de sus progenitores es una de las bases más arraigadas. Cuando EL HERALDO le consultó a padre e hijo -por separado- cuál es su petición para el presidente de Honduras, ambos coincidieron en sus respuestas.
Don Carlos expresó: 'Al presidente le pido que siempre vele por la niñez y juventud de Honduras. De ellos depende el futuro del país'. La solicitud de Carlitos siguió la misma ruta. 'Presidente quiero que ayude a los niños y jóvenes que no tienen acceso a estudiar, quiero que todos puedan ir a un colegio', dijo sin pensarlo dos veces.
Oportunidades de estudio en Taular
El instituto privado funciona en las mismas instalaciones del Centro Escolar Aldebarán, en horario vespertino, de 3:30 PM a 7:00 PM. En el relevo de aulas, la educación de calidad es la principal ocupación de los docentes.
Taular está destinado para las clases más desfavorecidas del país, por eso no es casualidad encontrar alumnos que viven en las zonas más humildes de la capital. La mayoría proviene de familias que sostienen su economía con dignos oficios, como el caso del padre de Carlitos que es carnicero.
Para los jóvenes es un orgullo mencionar que culminaron sus estudios en Taular y todo es parte de la receta del éxito que ahí les inculcan. El más alto rendimiento académico los posiciona como expertos en matemáticas y oratoria.
Carlitos es solo un ejemplo de que al interior de los pasillos de Taular, más allá del infinito universo de números y el complicado crucigrama de las letras, decenas de alumnos cuentan una ejemplar historia de vida.