Tegucigalpa, Honduras
Ausencia de valores espirituales, desintegración familiar y falta de esfuerzos en prevención son algunos factores que estimulan la violencia en la capital.
Alberto Solórzano, presidente de la Confraternidad Evangélica de Honduras, comentó que la Iglesia ha venido cumpliendo un rol importante en la prevención de la violencia.
“Trabajos con jóvenes, matrimonios, madres solteras, entre otros, son las tareas que realizamos a menudo a través de la Iglesia”, dijo Solórzano.
El pastor evangélico agregó que para combatir el flagelo de la conflictividad se debe buscar a Dios para constituir juntos el país que desean los hondureños.
Investigaciones
Por su parte Miguel Macías, sociólogo de la UNAH, explicó que la violencia es algo que no se puede analizar desde una sola perspectiva.
“La sociología básicamente nos ayuda a ver cómo el sistema, en este caso el aparato del Estado, se articula en relación con los ciudadanos y cómo ese Estado no logra completar las necesidades y expectativas que tienen esos ciudadanos”, destacó el experto.
Macías informó que ante la falta de satisfacción los ciudadanos buscan solucionar los problemas a través de mecanismos tan extremos como la violencia.
“No existe una receta mágica que nos indique cómo vamos a resolver el problema de los altos índices de incidencia delictiva, las soluciones deben de ser de multiintervención. No solo es el Estado el responsable de generar valores”, concluyó el catedrático.
Para el entrevistado es algo curioso que en la ciudad la mayoría de los homicidios ocurran durante los fines de semana debido a que la mayoría de las personas permanecen en sus casas.
“La juventud es la que se convierte en presa fácil para las asociaciones ilícitas, pero también otro hecho que está pasando es que h ay mucho asesinato dirigido a jovencitos”, agregó.
Ausencia de valores espirituales, desintegración familiar y falta de esfuerzos en prevención son algunos factores que estimulan la violencia en la capital.
Alberto Solórzano, presidente de la Confraternidad Evangélica de Honduras, comentó que la Iglesia ha venido cumpliendo un rol importante en la prevención de la violencia.
“Trabajos con jóvenes, matrimonios, madres solteras, entre otros, son las tareas que realizamos a menudo a través de la Iglesia”, dijo Solórzano.
El pastor evangélico agregó que para combatir el flagelo de la conflictividad se debe buscar a Dios para constituir juntos el país que desean los hondureños.
Investigaciones
Por su parte Miguel Macías, sociólogo de la UNAH, explicó que la violencia es algo que no se puede analizar desde una sola perspectiva.
“La sociología básicamente nos ayuda a ver cómo el sistema, en este caso el aparato del Estado, se articula en relación con los ciudadanos y cómo ese Estado no logra completar las necesidades y expectativas que tienen esos ciudadanos”, destacó el experto.
Macías informó que ante la falta de satisfacción los ciudadanos buscan solucionar los problemas a través de mecanismos tan extremos como la violencia.
“No existe una receta mágica que nos indique cómo vamos a resolver el problema de los altos índices de incidencia delictiva, las soluciones deben de ser de multiintervención. No solo es el Estado el responsable de generar valores”, concluyó el catedrático.
Para el entrevistado es algo curioso que en la ciudad la mayoría de los homicidios ocurran durante los fines de semana debido a que la mayoría de las personas permanecen en sus casas.
“La juventud es la que se convierte en presa fácil para las asociaciones ilícitas, pero también otro hecho que está pasando es que h ay mucho asesinato dirigido a jovencitos”, agregó.