Tegucigalpa

Cronología: Así fue la carrera de Shin Fujiyama atravesando tres departamentos de Honduras

Desde el momento en que partió de la Escuela José Simón Azcona en Chamelecón, en Cortés, Shin Fujiyama mantuvo a miles de personas expectantes
18.04.2024

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Desde la tarde del pasado viernes 5 de abril, Shin Fujiyama, conocido influencer japonés con un corazón profundamente arraigado en Honduras, inició una travesía monumental.

A lo largo de 13 días, Shin recorrió 250 kilómetros, desde el sector de Chamelecón en San Pedro Sula hasta llegar al Palacio de los Deportes de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) en Tegucigalpa.

Durante este épico trayecto, se rodeó de sus seguidores, tanto hondureños como extranjeros, que se unieron a su causa con entusiasmo y determinación.

Ese viernes fue inaugurada la remodelación de la Escuela José Simón Azcona, en Chamelecón, la escuela número 69 en ser reparada o construida por el japonés en Honduras.

Precisamente para repararla, corrió una maratón desde la frontera de Corinto, entre Guatemala y Honduras, hasta Chamelecón y como no logró recaudar la meta económica que necesitaba, emprendió un viaje a España, donde realizó actividades con la comunidad hondureña en ese lugar, para terminar de reunir el dinero.

La meta se cumplió y varios meses pudo inaugurar la obra, desde donde partió motivado para correr los 250 kilómetros hacia Tegucigalpa, donde lo esperaba el Centro Experimental de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), el cual está en deplorables condiciones.

Desde el inicio de esta nueva travesía hubo obstáculos, como las curvas y montañas, el estado de las carreteras, las fuertes condiciones del clima y el daño en una de sus rodillas, pero nada de esto detuvo al joven influencer, que llegó a Honduras hace más de 15 años y se enamoró de su población, quedándose a vivir en el país centroamericano con la meta de construir mil escuelas.

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Último día de carrera

Los días transcurrieron y la gente se fue sumando con donativos y con apoyo moral.

Desde los primeros pasos, la comunidad hondureña se volcó en las calles para saludar y alentar a Shin en su misión por la educación. Varios salían de sus casas para abrazarlo, aplaudir su acción y hasta acompañarlo corriendo en el reto.

Así llegó el jueves 18 de abril, el último día de la carrera. A las 6:30 de la mañana, desde el puente peatonal de la colonia El Carrizal, Shin se adentró en una jornada que marcaría la solidaridad y el compromiso por la educación de la niñez hondureña.

El Anillo Periférico se convirtió en un corredor de esperanza, adornado con pancartas y la energía contagiosa de quienes admiraban el esfuerzo del joven japonés.

A medida que avanzaba el día, el respaldo hacia Shin crecía exponencialmente.

Aproximadamente a las 8:30 de la mañana, fue recibido en la Secretaría de Seguridad con una emotiva bienvenida, acompañada de música y quema de pólvora.

El secretario de Seguridad, Gustavo Sánchez, elogió la noble labor de Shin y contribuyó con un donativo de 200 mil lempiras para la construcción de la Escuela Experimental de la UNAH.

Pero la ayuda no paró ahí. A lo largo de su odisea, Shin recibió generosos donativos que impulsaron su meta de recaudar 110,000 dólares para la mencionada escuela.

Entre los benefactores se encontraba el rector de la UNAH, Odir Fernández, quien se unió a la carrera y prometió el apoyo de la universidad en la construcción y mantenimiento del centro educativo.

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Sin embargo, no todo fue un camino fácil.

Alrededor del mediodía, Shin experimentó una recaída a poca distancia de la meta.

Signos de agotamiento y un golpe de calor lo obligaron a detenerse en el bulevar Juan Pablo II, mientras miles de mensajes de aliento inundaban las redes sociales.

Después de un pequeño descanso, Shin retomó su trayecto hacia la Basílica de Suyapa, donde cumplió su promesa de realizar una oración.

Acompañado por el sacerdote Carlos Rubio, Shin y sus seguidores se unieron en un emotivo acto de fe y gratitud por la solidaridad recibida.

Finalmente, alrededor de las 3:30 de la tarde, entre lágrimas de emoción y agotamiento, Shin cruzó la meta en la UNAH.

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Con este acto heroico, completó su desafío de correr 250 kilómetros en 13 días, en los que recaudó más de 2.7 millones de lempiras, todo en beneficio de la educación de 238 niños que asisten a la Escuela Experimental.

La hazaña de Shin Fujiyama trasciende las fronteras de una simple carrera.

Su gesto solidario es un testimonio conmovedor de la generosidad humana y el compromiso por un futuro mejor para la niñez hondureña.

Con el apoyo de miles de personas y las donaciones recibidas, Shin está un paso más cerca de cumplir su sueño de construir mil escuelas y dejar un legado perdurable en la educación de Honduras.