TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El
retorno a clases dependerá de la comunidad educativa. Se hará a través de un acuerdo entre la administración de cada centro de educación, docentes, padres de familia y los educandos para todos los niveles educativos. Así respondió la
Secretaría de Educación a Victoria Rivera, una madre de familia que consultó en la página oficial de esa institución gubernamental sobre la modalidad en que se desarrollarán las clases este año.
Una vez que la comunidad educativa llegue a un consenso en pro del regreso a las aulas de clases, las autoridades de cada centro educativo, ya sea público o privado, deben enviar una solicitud a la Secretaría de Educación y al Sistema Nacional de Gestión de Riesgos ( Sinager) para que aprueben la misma.
La bioseguridad como medida de prevención ante los contagios de covid-19 lidera la lista de prioridades al momento de tomar una decisión relacionada con la presencialidad o semipresencialidad, enfatizan las autoridades. En ese sentido, el rezago en los avances de proyectos de restauración de las escuelas e institutos capitalinos mantiene preocupados a directores porque aunque las autoridades pongan fin al tema de la virtualidad, las condiciones de infraestructura y la falta de algunos servicios básicos en los centros del saber podría frenar que los docentes y educandos vuelvan a encontrarse en los salones de clases.
“Este atraso me obliga a tomar decisiones. No puedo llevar a mis chicos al colegio, entonces pretendo hacer semipresencialidad, si lo aprueban, por lo menos en febrero y marzo”, indicó.
De su lado, en el Instituto Técnico Saúl Zelaya Jímenez un embaulado es el principal problema que aqueja a su director, Juan Carlos Betanco.
“Esa quebrada se ha venido hundiendo porque en el embaulado no se usó material adecuado y las lluvias y el abandono de las instalaciones contribuyeron a su deterioro”, agregó. Mientras que en la Escuela Arturo Álvarez Calderón, el desbordamiento de aguas negras en el módulo de baños es el mayor impedimento para que los pequeños asistan.
Los directores se mantienen a la expectativa respecto a la modalidad con la que iniciará este año lectivo 2022, pese a que días atrás Gloria Menjívar, viceministra de Educación, anunció el inicio de la matrícula escolar. Para la Asociación para una Sociedad más Justa ( ASJ), abrir el sistema educativo ayudará a reconstruir las relaciones que se rompieron por la pandemia entre los maestros, padres y alumnos.
Una vez que la comunidad educativa llegue a un consenso en pro del regreso a las aulas de clases, las autoridades de cada centro educativo, ya sea público o privado, deben enviar una solicitud a la Secretaría de Educación y al Sistema Nacional de Gestión de Riesgos ( Sinager) para que aprueben la misma.
La bioseguridad como medida de prevención ante los contagios de covid-19 lidera la lista de prioridades al momento de tomar una decisión relacionada con la presencialidad o semipresencialidad, enfatizan las autoridades. En ese sentido, el rezago en los avances de proyectos de restauración de las escuelas e institutos capitalinos mantiene preocupados a directores porque aunque las autoridades pongan fin al tema de la virtualidad, las condiciones de infraestructura y la falta de algunos servicios básicos en los centros del saber podría frenar que los docentes y educandos vuelvan a encontrarse en los salones de clases.
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Sin condiciones
EL HERALDO realizó un recorrido por algunos centros educativos de la capital y constató que las condiciones no son las mejores. En el Instituto Abelardo Fortín de Comayagüela, pese a que ya retomaron un proyecto que llevaba paralizado más de un año, las autoridades consideran que esto atrasaría que los alumnos lleguen a sus instalaciones, consideró Carlos Briceño, director de ese colegio.“Este atraso me obliga a tomar decisiones. No puedo llevar a mis chicos al colegio, entonces pretendo hacer semipresencialidad, si lo aprueban, por lo menos en febrero y marzo”, indicó.
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De su lado, en el Instituto Técnico Saúl Zelaya Jímenez un embaulado es el principal problema que aqueja a su director, Juan Carlos Betanco.
“Esa quebrada se ha venido hundiendo porque en el embaulado no se usó material adecuado y las lluvias y el abandono de las instalaciones contribuyeron a su deterioro”, agregó. Mientras que en la Escuela Arturo Álvarez Calderón, el desbordamiento de aguas negras en el módulo de baños es el mayor impedimento para que los pequeños asistan.
Los directores se mantienen a la expectativa respecto a la modalidad con la que iniciará este año lectivo 2022, pese a que días atrás Gloria Menjívar, viceministra de Educación, anunció el inicio de la matrícula escolar. Para la Asociación para una Sociedad más Justa ( ASJ), abrir el sistema educativo ayudará a reconstruir las relaciones que se rompieron por la pandemia entre los maestros, padres y alumnos.
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