TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Fueron construidos para ser templos del saber, donde salgan los futuros doctores, abogados, licenciados y hasta presidentes de la República.
Sin embargo, en la última década los centros educativos de la capital se convirtieron en zonas donde la inseguridad atrajo la extorsión, drogas y hasta la muerte.
La violencia en los centros de enseñanza de la capital se filtró hasta el interior de sus aulas, donde en colonias de alto riesgo los docentes y estudiantes viven atemorizados.
Para conocer esta problemática en su núcleo el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), con apoyo de Save the Children, realizó un estudio con docentes de centros educativos de la capital.
El informe lleva por nombre “Impacto de la violencia en 220 centros educativos de Tegucigalpa”.
Este trabajo se realizó en siete distritos educativos de la capital, donde participaron 220 instituciones de enseñanza.
Entre los hallazgos, el informe revela que el mayor fenómeno por la violencia es el desplazamiento obligado de la población estudiantil.
Se identificó que apenas en cinco meses (de agosto de 2016 a enero de 2017) hubo más de 500 solicitudes por parte de docentes a nivel nacional, de las cuales el 10% es en Francisco Morazán.
Seria problemática
En la consulta hecha a los profesores se reconoció que los desplazamientos son realizados por la inseguridad, violencia, amenazas, extorsión y acoso sexual.
“Este documento presenta las reflexiones de los docentes en relación con los riesgos inherentes a su función en contextos extremos; su relación con el entorno y con la institucionalidad”, manifestó Andrés Celis, jefe de la Oficina en Honduras del ACNUR.
Otro de los hallazgos que se identificó con los docentes es que el marco normativo e institucional no les facilita reaccionar para hacer frente a los hechos de violencia, ya que no existen mecanismos para evitar los niveles de riesgo.
En el estudio participaron centro educativos emblemáticos de la ciudad en alto riesgo y se viene realizando desde 2016.
Los docentes argumentan que su seguridad está comprometida por trabajar en un entorno inseguro, con temor y riesgo, por los horarios, están en zonas de alto riesgo por la presencia de maras y extorsión.
De 2010 a 2018 han asesinado a 1,522 estudiantes con mayor incidencia en Francisco Morazán de un 47%.
Para el director ejecutivo de Save the Children Honduras, Mariano Planells, es fundamental que los docentes y estudiantes tengan las condiciones adecuadas en los centros educativos.
El 43% de los centros escolares de la capital no cumplen con los parámetros aptos para atender los alumnos.
En la capital hay 800 centros educativos que albergan a más de 300 mil estudiantes con un registro de 9,561 docentes, de los cuales el 73 por ciento, son mujeres.