Después de 475 años, el legado del imponente “Señor de la Sierra” es motivo de inspiración para los escolares capitalinos.
La bravura, valentía, coraje y espíritu defensivo que llevaron al cacique a convertirse en el primer héroe nacional revivieron ayer en cada hondureñito que con orgullo lo imitó.
Así, como cada 20 de julio, la sangre del aguerrido indígena se puso en defensa del suelo patrio y los alumnos tomaron en sus manos esta responsabilidad.
La comarca de Cerquín, el Congolón, se trasladó a los escenarios de los centros educativos, donde los alumnos, motivados por la fantasía, dramatizaron la última batalla que libró Lempira con los españoles y que provocó su muerte.
Grandes celebraciones
Montado a caballo, ataviado con taparrabo, tocado de plumas, aljaba, arco y flecha, el cacique hizo acto de presencia en el instituto Ramón
Rosa, de la colonia Nueva Capital.
Johnatan López sorprendió con su participación en el concurso de Indio Bonito que, además del de India Bonita, cada año se realiza este centro.
Cabe resaltar que para este evento los jóvenes se dan tiempo para confeccionar sus trajes con material típico, donde la creatividad es el común denominador.
“Estas actividades son muy importantes porque los alumnos le dan homenaje al héroe Lempira, conocen su historia y su legado”, declaró Karla Montoya, subcoordinadora del programa Educatodos.
En este centro educativo los alumnos realizaron representaciones de los diferentes grupos indígenas que hay en el territorio nacional.
Como parte de esta festividad que viene a resaltar la identidad nacional, en las escuelas y colegios capitalinos se entonaron con fervor y respeto las notas del himno al héroe, escrito por Luis Andrés Zúñiga y con la música de Franciso Díaz Zelaya.
El coro “Hondureños en épica lira/y en estrofas de magno fulgor/entonemos un himno a Lempira/al patriota de heroico valor...”, se dejó escuchar.
La figura de Lempira despierta patriotismo, igual que lo hacen los próceres Francisco Morazán, Valle y Cabañas, entre otros.
La escuela de varones que se honra en llevar el nombre del guerrero indígena, ubicada en la ciudad gemela, también festejó a lo grande la fecha.
Como una tradición, este centro presentó el drama “La muerte de Lempira”, donde alumnos, padres y maestros revivieron la historia y disfrutaron de la danza.
“Cada año nos damos la oportunidad para practicar entre los alumnos los valores perdidos y nos encargamos de hacer fomentar las costumbres y tradiciones que nos hacen grandes como hondureños”, declaró Glenda Maldonado, subdirectora del centro.
Asimismo, la Escuela Club de Leones número 2, ubicada en el barrio La Granja, eligió a María José Paguaga ganadora del mejor traje típico.
Asimismo, decenas de centros eductativos privados, entre ellos la Interamerican School y Santos Dorville, honraron al cacique Lempira.