TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Los guardianes de la naturaleza requieren que el Estado vuelque su atención urgente para mejorar su entorno escolar.
Los cinco centros educativos que participan de la sana competencia ambiental Escuelas Amigables con el Ambiente han demostrado su afán por renovar sus centros de estudio en favor del planeta.
Sin embargo, hay proyectos que se escapan de las manos de la comunidad escolar, pues por falta de presupuesto y por mano de obra los costos se disparan. El HERALDO consultó a los docentes de cada centro educativo para conocer las barreras que tienen en el progreso de su centro de estudios.
Insalubridad y espacio
En el Centro de Educación Básica (CEB) Luis Pasteur, ubicado en la colonia Los Laureles, las condiciones sanitarias son lamentables. El agua potable es escasa y los vetustos inodoros, insuficientes y dañados.
Hay una matrícula de 290 estudiantes y solo hay un cuatro sanitarios para todos ellos.
Héctor Mairena, docente del centro escolar, lamentó que el centro de enseñanza no posee una bodega, por lo que el único espacio para guardar sillas y materiales es el escenario.
La oscuridad es una condición permanente en el interior de las aulas de clases, la mayoría tiene los tomacorrientes dañados y el sistema de alumbrado dejó de funcionar.
“Parte de las aulas tienen ventanales para que ingrese algo de luz, pero como no hay celosías, durante la temporada de lluvia lo que ingresa es el agua”, manifestó Mairena.
En la Luis Pasteur o se recibe clases a oscuras o las asignaturas se imparten anegadas de agua.
El problema de insalubridad lo comparten los estudiantes de la Escuela Modesto Rodas Alvarado, localizada en la colonia La Rosa, pues en el portón de acceso al centro, las alcantarillas colapsadas son el padecimiento de cada día.
Julio César Alvarado, director del centro educativo, detalló que entre las necesidades que priman está la construcción de un laboratorio de computación.
Entre los padres de familia se ha comenzado a ejecutar algunas obras, pero el bolsillo de ellos no alcanza para costear la construcción de esta obra.
Otro de los problemas es que el centro escolar pertenece a un programa de lectores infantiles, pero carecen de una biblioteca.
El espacio ya se tiene identificado dentro de la escuela, sin embargo, no hay fondos para su edificación.
En el caso del CEB Monseñor Fiallos número 1, de la colonia El Country, se requiere de la construcción de cunetas en los pasillos, pues cuando llueve el agua ingresa para amenazar la salud de los estudiantes.
Martha Lazo, directora del centro escolar, detalló que hay un sector de la escuela en la que existe un riesgo serio por el movimiento de tierra.
Entretanto, en el CEB Bonifacio Reyes Ramos, ubicado en la aldea La Cuesta número 2, se requiere de un tanque de mayor capacidad para almacenar agua potable y cambio del sistema eléctrico.
En la Escuela Los Robles, en la colonia del mismo nombre, se necesita un aula más.