TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El parque La Concordia es considerado el rinconcito maya de la capital, pero la falta de vigilancia ha generado inseguridad y algunos deterioros en los alrededores del recinto.
Este lugar se ubica en el barrio Abajo y está exactamente a un kilómetro del parque central de Tegucigalpa, y se puede llegar en aproximadamente 15 minutos caminando y en vehículo puede demorar más tiempo por el tráfico.
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Recientemente fue construida la segunda etapa del parque, a mediados de 2019, en el antiguo basurero ilegal crearon un parqueo y espacios de entretenimiento.
Esta construcción parecía prometedora para los capitalinos, porque se iniciaron campeonatos de pelota maya.
También un proyecto de alivio vial en el que realizarían murales en las paredes de las casas que rodean el parque, el enchape de las calles, pero todo esto fue detenido por la pandemia. Ahora los vecinos se muestran inseguros y olvidados, ya que los miembros de la Policía Municipal que resguardaban el parque ya no están.
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“Esto es una amenaza, nos tienen abandonados por completo”, son las palabras de un ciudadano al momento de consultarle por la condición del lugar. Versión que coincidió con la del vecino Antonio Cabrera, al manifestar que “acá lo que nos falta es vigilancia para que venga la gente”.
El deterioro de las afueras se hace notar en algunas partes, ya que hay tapaderas de drenaje destruidas y también un foco de infección frente al parque.
Según las autoridades municipales, las cubiertas son destruidas en horas de la noche por vehículos pesados y el botadero se debe a que antes ahí era un basurero clandestino.
Importancia del parque
Edgar Soriano, historiador hondureño, manifestó que a mediados de la segunda mitad del siglo XX el parque se convirtió en una referencia de la ciudad.
“Todo mundo que venía a Tegucigalpa, iba a conocer el parque La Concordia porque tenía animales y era un lugar de paseo de los capitalinos y de los visitantes de afuera”.
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Sin embargo, aclaró que hasta los años 1990 se puede decir que el parque era referente porque el huracán Mitch dañó bastante la infraestructura y eso coincidió con una degradación de la convivencia de la capital por la delincuencia.
“Eso ha generado un temor a la población y es aquí donde viene el elemento importante a reflexionar, los parques deben ser espacios públicos muy bien conservados por las autoridades con el sentido que la gente salga a convivir en el espacio público como suele suceder en otros países”, comentó.
Por su lado, el abogado Héctor Portillo, gerente del Instituto Hondureño de Antropología e Historia (IHAH), manifestó que este lugar más que tener un valor patrimonial, material, tiene un valor histórico y antropológico porque la población capitalina se identifica con el parque La Concordia.
“Nuestra responsabilidad con el parque se limita más a la conservación del patrimonio y material de la antropología social, esa es la responsabilidad del IHAH, en cuanto a su mantenimiento y conservación, le compete a la comuna”, aclaró.
Sin embargo, el reciente y detenido proyecto fue en conjunto a la Alcaldía Municipal.
Por su lado, René Vallejo, gerente del Casco Histórico de la municipalidad, manifestó que “actualmente estamos mandando inspectores y si se ven algunas anomalías las comunicamos a las otras gerencias”.
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