En La Laguna y colonias aledañas las noches son de pesadilla. Grupos de inadaptados sociales aglutinados en pandillas han convertido la zona en su propio territorio y centro de operaciones ilícitas como extorsiones, tráfico de drogas, asaltos y crímenes, entre otros.
Los actos de delincuencia protagonizados por grupos de mareros han afectado la actividad comercial en ese conflictivo sector ubicado en el occidente de la capital.
Propietarios de pequeños negocios ubicados en la salida a Olancho se han visto obligados a cerrarlos ante la amenaza de los pandilleros que están al acecho exigiéndoles el pago del denominado “impuesto de guerra”.
Por lo menos seis puestos de venta de diversos productos, como pollo frito, achines, abarrotería, pulperías, así como de otros alimentos, han sido cerrados y en los inmuebles han quedado rótulos de “Se vende”.
Lo anterior, según algunos informantes, se debe a los crímenes que desde 2010 hasta los últimos cuatro meses han ocurrido en ese sector.
Los crímenes más recientes sucedieron en los últimos 12 días en ese conflictivo sector. El domingo 29 de abril perdió la vida el comerciante
Manfredo Sierra Sánchez, de 63 años, quien recibió, por lo menos, 40 balazos al ser atacado por malhechores.
Mientras tanto, el sábado en horas de la noche, dos motorizados protagonizaron una balacera que dejó como saldo la muerte del pintor automotriz Ricardo Antonio Padilla Sánchez, de 28 años, quien fue acribillado en su vehículo.
En la balacera fue alcanzado un niño de 10 años que transitaba junto a sus padres, dos hermanos y otra persona por la calle al momento de ocurrir el tiroteo.
A mediados de 2010 en el mismo lugar ocurrió el asesinato de un agente de la Policía de Tránsito y la administradora de un negocio de pollos.
Inseguridad en la zona
El problema de la inseguridad no está concentrado solo en la colonia La Laguna.
También abarca a la Alemania, Las Pavas, Villa Franca, Villa Cristina, Villa Unión y San Juan del Norte, entre otras.
Una posta policial cerrada y en ruinas en la colonia Alemania es testigo mudo de la inseguridad que les toca enfrentar a los moradores.
Según lo revelado por testigos, mozalbetes agrupados en pandillas transitan a plena luz del día luciendo armas largas y cortas, sin que ninguna autoridad aparezca en defensa de la ciudadanía honrada.
Tampoco en esos sectores se han librado de los hechos de violencia.
Entre los años 2011 y 2012 tres mujeres fueron víctimas de balas asesinas disparadas por los criminales.
Información que conoció EL HERALDO pone al descubierto la alarmante situación de inseguridad que viven los moradores.
Durante las noches se escuchan prolongadas ráfagas de disparos de armas automáticas en sectores como Las Pavas, Alemania y Villa Franca, lo que genera alarma entre los miles de vecinos.
Además de los negocios cerrados, muchos habitantes han tenido que emigrar y buscar lugares seguros para huir de las constantes amenazas de los facinerosos.
Lo único que tienen que hacer los residentes es guardar silencio, encerrarse temprano en sus viviendas y “no meterse” con los integrantes de maras.
“A mí me gustaría que un oficial o el mismo ministro de Seguridad se quedara una noche durmiendo en esas colonias para que se den cuenta de lo que hacen los mareros”, expresó una persona que hace mucho tiempo tuvo que irse de la capital.
Los colonos lamentan que los militares y los policías solo aparezcan cuando se anuncian operativos y que a los pocos días desaparezcan, porque los mareros vuelven a tomar el control.
Los moradores hacen dramáticos llamados a las autoridades para que se preocupen por la seguridad de la ciudadanía.