TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Los 21 kilómetros que La Maratón del Saber recorrió para llegar hasta la comunidad de Monte Redondo Sur valieron la pena.
La recompensa fueron las sonrisas felices pintadas en las caritas de más de un centenar de niños de la Escuela y Kínder José Trinidad Cabañas al recibir su kit escolar.
Los pequeños, en medio de su algarabía, son los primeros beneficiados de la campaña de solidaridad que EL HERALDO realiza por décimo séptimo año consecutivo.
El equipo de La Maratón del Saber emprendió el viaje de 21 kilómetros hasta la escuela bidocente con la esperanza de que esta donación impida que abandonen la escuela.
Aventura
Eran las 8:30 de la mañana cuando el equipo de la sección Metro tocó a la puerta del aula en la que reciben clases los niños de cuarto, quinto y sexto grado. Su cátedra de Español fue interrumpida para darles a conocer la feliz noticia.
Tras el anuncio no fueron necesarias las palabras, ya que la felicidad que reflejaban sus rostros era suficiente para hacer saber que el regalo era bien recibido.
De manera ordenada, los pequeños de rostros inocentes se formaron en fila para recoger el kit con cuadernos de colores de una línea, de cuadrícula y de tareas.
Al concluir la entrega y acompañados de sus profesores, los menores gritaron en una sola voz: ¡Gracias EL HERALDO!
La ayuda para la escuela, que se convirtió en la primera beneficiada de La Maratón del Saber, fue posible gracias a Cuadernos Quick y el Programa Presidencial de Becas 2020.
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Futuros profesionales
En ese grito de agradecimiento también participó Sendy Escoto, una pequeña de ocho años, quien, con sus cuadernos en mano y con una sonrisa de lado a lado, contó con voz suave que esta ayuda es un empujón para alcanzar su sueño de ser profesora.
Y seguro lo logrará, ya que la valiente estudiante camina dos horas y media cada día para llegar a su escuela desde su hogar en la aldea Los Rincones.
“Estos cuadernos los utilizaré para hacer tareas, porque me gusta venir a la escuela, ya quiero usarlos”, dijo.
Sendy no es la única, como ella muchos niños deben transitar largas distancias para recibir el pan del saber. Y algunos se ausentan cuando sus padres no pueden darles los cinco lempiras para pagar el transporte.
Con un fuerte abrazo y con sus cuadernos en una mano, la niña de diez años, Karla Escoto, agradeció el regalo de EL HERALDO.
“Estoy feliz con mis nuevos cuadernos, ahora podré hacer mis tareas y también hacer figuras en el cuaderno de cuadrícula”, dijo la niña que cursa el sexto grado.
Por su parte, la directora de la escuela, Nely Osorto, manifestó que “cuando tocamos puertas, ustedes son los únicos que están ahí, esta donación es algo que los niños no tienen”, manifestó.