TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Inicia el año escolar y en muchos hogares se preparan los padres con el listado de materiales para que sus hijos vayan a la escuela. Mochila, cuadernos, libros de texto, lápices, colores, el uniforme, la lonchera para la merienda.
En fin, con las herramientas que se requieren para iniciar, como siempre, el año lectivo.Pero esta es una realidad que tiene una dualidad: la de las familias que no preparan nada.
La de los niños que no pueden movilizarse en un medio de transporte y caminan horas para llegar a su centro de estudio, que no tienen una lonchera porque en casa no hay comida para la merienda, que llegan a la escuela sin mochila, sin cuadernos, sin libros de textos, sin lápices y algunos hasta sin zapatos, porque el único recurso que poseen en su proceso educativo es la voluntad de aprender.
Tierra adentro hay miles de niños para quienes la educación es un reto, a estos niños es a los que EL HERALDO busca llegar con la Maratón del Saber, una campaña que durante 21 años ha llevado cuadernos y libros de textos a los escolares que no tienen la oportunidad de tener las herramientas más básicas para su enseñanza.
Está bien, cuatro libros de texto de matemáticas, español, ciencias naturales y sociales, y unos cuantos cuadernos para escribir, no le solucionan la vida a nadie, pero vaya que pueden hacer la diferencia en un año de clases que pudo ser diferente sin materiales que son tan básicos como esenciales, pero que no por eso son del dominio de todos... aunque debería.
Sabemos que este solo es un grano de arena en un desierto de necesidades, pero algo hay que hacer y nuestros patrocinadores Cuadernos Quick, Santillana Honduras, Acceso Financiero y la Fundación de la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán (Fundaupn) lo saben y por eso se unen a esta noble causa.
El reloj marcaba las 10...
No hay señal de teléfono, pero desde días antes la maestra sabía que llegaríamos para entregar un donativo para los niños de primero a sexto grado.
Para llegar al caserío de El Zarzal, en la aldea de Cacamuyá, una de las 18 que tiene el municipio de San Marcos de Colón, en Choluteca, el camino es duro. Son aproximadamente 25 kilómetros que se recorren en más de una hora en carro 4x4 porque el camino en verano es un reto y en invierno es intransitable.
Los niños de la Escuela Rural Mixta República de Alemania estaban felices, la sonrisa de un niño no es la mueca que aprendemos a hacer los adultos por la cortesía que requiere algunas situaciones, no, la sonrisa de un niño es un acto sincero.Un fuerte “¡Buenos días!”, al unísono, nos recibe.
Les contamos por qué estamos ahí, los ordenamos en fila y luego los agrupamos para la foto. Ellos quedan felices, nosotros, los adultos, quedamos con el vacío que dejan los pensamientos ¿qué pasaría si más hondureños que tienen las facilidades se sumaran aunque sea con un cuaderno?, ¿qué pasaría si las empresas también se sumaran con libros?, ¿qué pasaría si Honduras realmente le apostara a la educación?... Recibir libros no sería una cuestión que se da allá una vez cada diez años, si no la normalidad.
La educación no debería ser vista como un regalo.Y así volvemos sobre nuestros pasos y dejamos atrás a los más de 30 niños de primero a sexto grado que reciben clases en una sola aula que a lo mucho mide unos 6x8 metros.
Una escuela que además de pequeña quedó desprovista del aula para los niños de kínder desde octubre de 2022 ya que se le cayó el techo, y así seguirá, porque no hay respuesta de las autoridades.
Pese a todo, la maestra Iveth Martínez nos cuenta que este año no hubo deserción escolar, aunque reconoce que en invierno hay bastante ausentismo, ya que hay niños que para llegar a la escuela cruzan quebradas, y tras las crecidas por las lluvias, es difícil transitar el camino sin riesgos, por ello tratan de avanzar lo más que pueden en verano, y retomar cuando el invierno ya no representa un peligro para la integridad física de los niños.
La espera...
Por el camino habíamos dejado a la Escuela Juan Ramón Molina, de la aldea San Juan de Duyusupo, les dijimos que no se fueran, que íbamos a regresar.
Llegamos, y los niños también nos saludaron alegres, a la espera de sus libros y cuadernos.Aquí el sistema funciona de manera diferente, hay dos aulas, una para los niños de primero a tercero, y otra para los de cuarto a sexto.
Francis Martínez, presidenta de la junta de padres de la escuela, expresa su agradecimiento, porque hay niños en extrema pobreza que no tienen ni para comprar un solo cuaderno, y nos cuenta que su hija está en sexto grado y nunca había tenido libros de texto.
“Nunca había llegado esta ayuda, y les agradecemos mucho, y que Diosito siempre les bendiga y provea para que puedan seguir ayudando a las escuelas”, concluye.
Decía José Cecilio del Valle que “si educo a mis hijos porque la educación es origen de todos los bienes, si pienso cada noche y leo de día porque cada conocimiento es un muro que defiende mis derechos, desearé también la educación de los pueblos, desearé su civilización y cultura”.
La educación no es un asunto necesario, es un asunto esencial. Solo con educación los niños, niñas, hombres y mujeres lograrán comprender su realidad y transformarla. Con educación se construye un país, mientras que la ignorancia, “es la que precipita horrores...”, como decía el sabio Valle.
Agradecimiento
Agradecemos al alcalde de San Marcos de Colón, Douglas Ordóñez, por apoyar con el transporte para movilizar los materiales a ambas escuelas. Asimismo, al personal de la UAPS de Duyusupo, por su ayuda en la entrega de los kits.