TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Sentado en su pupitre, un pequeño de seis años espera el momento oportuno para solicitarle a su maestra unos minutos para ir al baño.
El rostro de preocupación de la docente es notorio: “Vaya con cuidado, recuerde que los baños no son seguros y si necesita ayuda me avisa”.
Cuidar de más de 25 niños no es una tarea sencilla, y más cuando las condiciones estructurales del centro educativo son deplorables, incluso poniendo en riesgo la seguridad de los educandos.
Ese es el caso de la Escuela Pablo Portillo, ubicada en la colonia Nueva Suyapa, en donde alrededor de 185 menores reciben clases; pero afrontan la insalubridad de sus sanitarios, además de estar en una zona de riesgo.
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Los espacios habilitados que tienen los alumnos y profesores para hacer sus necesidades fisiológicas son seis letrinas tapizadas con pedazos de ladrillos, en donde el sistema hidrosanitario quedó solo en una falsa esperanza para el centro educativo que funciona hace más de 50 años.
Alejandra Aguilar, maestra, manifestó que “no hallamos qué hacer, ya hemos enviado varias peticiones a la Secretaría de Educación, al Fondo Hondureño de Inversión Social (FHIS) y no hemos recibido ninguna ayuda”.
Cabe destacar que el centro educativo está ubicado en un risco, en donde los derrumbes se hicieron sentir el pasado 30 de agosto, de los cuales más de 70 capitalinos perdieron sus hogares por el deslizamiento.
Otros centros del DC
En el Distrito Central no solo la Escuela Pablo Portillo tiene problemas de alcantarillado sanitario o debe hacer uso de letrinas.
En la actualidad hay más de 200 centros educativos que solicitan a gritos inversión para poder mejorar el sistema hidrosanitario y, por ende, la salud del personal docente y alumnado.
Un claro ejemplo es el olvidado Jardín de Niños Regina Cáceres de la colonia Reynel Fúnez, en donde los pequeñitos no tienen un espacio digno para recibir sus clases y mucho menos para hacer sus necesidades.
Zulma Cáceres, directora del kínder, manifestó con tristeza que “desde hace cinco años nuestro centro educativo está en mal estado y hasta hoy no hemos recibido nada por parte de las autoridades de Educación”.
La situación afecta directamente a miles de estudiantes, los que deben abstenerse de ir al baño o luchar contra el mal endémico de los inodoros y lavamanos dañados.
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Ante los riesgos de la insalubridad en medio de una pandemia que exige medidas de higiene rigurosas, expertos afirman que tener a menores en estas condiciones puede ser contraproducente, por lo que debe resolverse cuanto antes.
Además, mientras se hacen los trabajos no se puede exponer a los estudiantes al riesgo de contagiarse de alguna infección urinaria u estomacal por falta de higiene, ya que a este problema se le agrega la falta de agua.
De igual forma, desde las organizaciones magisteriales piden a las máximas autoridades de Educación que pongan manos a la obra porque los alumnos no pueden estar recibiendo clases en situaciones precarias.
EL HERALDO conoció a través de un informe brindado por la Secretaría de Educación que 219 centros no cuentan con un sistema de alcantarillado público y otros 59 no tienen baños para sus estudiantes, por lo que ellos deben esperar que su jornada concluya para ir al baño.