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TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Un grupo de estudiantes capitalinos se forman en las peores condiciones en las que un niño puede recibir sus clases.
En el Centro de Educación Básica (CEB) Generación 2000, ubicada en la colonia del mismo nombre, 42 niños de cuarto y quinto grado, reciben su jornada educativa bajo el fuerte sol del verano que azota en la capital.
Las sumas y restas y la clase de español se hacen eternas bajo los 33 grados centígrados que soportan sus cuerpecitos.
Esta dura situación que viven los estudiantes se debe a que en el centro educativo solo hay tres aulas hechas de madera y láminas de zinc.
“No tenemos un aula para estos niños, no tenemos fondos para construirla. Los padres de familia han levantado unas paredes de madera, pero no se ha podido comprar las láminas para sellarla”, expresó Carlos Madrid, director del centro de enseñanza.
El CEB tiene una matrícula de 117 alumnos, de las tres piezas que tiene una se ha asignado para primer grado, la otra es para segundo y tercer grado y la última para un grado más.
“Con los alumnos de sexto grado se intercambia, un día reciben clases en el aula, otro día afuera, como son los grados superiores se están turnando”, explicó Madrid.
Proyecto estancado
Las autoridades de Infraestructura Escolar de la Secretaría de Educación han prometido la construcción de un inmueble para los escolares, pero jamás llega.
“Solo nos dicen que tengamos calma, que están esperando un reembolso de 1.4 millones de lempiras, pero hasta el día de hoy no hemos obtenido más que esa respuesta”, lamentó el docente.
El clamor de los estudiantes, padres de familia y maestros es que se pueda agilizar la ayuda prometida para tener el centro educativo digno.
