Tegucigalpa, Honduras.- Los incendios en los mercados capitalinos de Honduras, principalmente en Comayagüela, han dejado un rastro de devastación, no solo en las estructuras, sino también en las vidas de miles de vendedores. Estos casos han quedado registrados y documentados en los últimos años.
Los siniestros son la historia oscura de los mercados, recordando pérdidas millonarias que pudieron haber sido el sustento de miles de familias que trabajan en estos espacios como puntos centrales de su economía cotidiana.
La historia nos remonta al año 2012, cuando un incendio destruyó varios mercados de Comayagüela, afectando a más de 5,000 vendedores y causando pérdidas millonarias. Este fue uno de los siniestros más grandes registrados, consumiendo por completo mercados como Colón, San Isidro y otros, ubicados en avenidas principales.
En abril de 2020, se registró otro incendio de grandes proporciones que arrasó con más de 400 puestos en los mercados Colón, San Isidro y América, ubicados en la quinta avenida de Comayagüela, dejando nuevamente pérdidas millonarias.
En ese momento, muchos locales se encontraban cerrados debido a la cuarentena por causa de la pandemia de la Covid-19 que enfrentaba Honduras y el mundo ese año.
Los mercados de Tegucigalpa y Comayagüela han sufrido incendios frecuentes desde principios del siglo XIX. Según el subcomandante general del Cuerpo de Bomberos de Honduras, Óscar Triminio, al menos cinco incendios de grandes magnitudes se registran en estos mercados por cada década.
“En cada década, por lo menos son cinco incendios que se atienden en los mercados”, explicó el entrevistado a EL HERALDO.
El experto recordó que es una historia que se repite en estos lugares, causando grandes pérdidas millonarias a pequeños comerciantes. “Por lo menos cinco cada 10 años y no hay una época específica”, indicó Triminio.
Sin embargo, señaló que en Navidad el problema se agrava “por el uso de pólvora, recargas eléctricas, árboles y luces de Navidad, lo que sobrecarga más la capacidad de carga de la estructura”, detalló.
Óscar Triminio explicó que, cuando se habla de un incendio descontrolado, se refiere a incendios de grandes magnitudes, como el ocurrido recientemente en Comayagüela, que consumió al menos 250 puestos.
“En cambio, también están los conatos, que son incendios pequeños que no se desarrollan y no afectan más de 10 puestos; algunos incluso se quedan en un puesto o en una cocina”, orientó Triminio.
“Si no recuerdo mal, hemos tenido alrededor de cuatro conatos en los mercados capitalinos. Tendría que verificar las estadísticas”, añadió el experto.
Por su parte, el historiador hondureño Daniel Vásquez recordó que los incendios han sido una constante durante muchos años.
“Durante el siglo XX, los incendios en los mercados son recurrentes”, aseguró.
Uno de los registros más antiguos data de 1923, cuando el mercado San Isidro, un año antes de la guerra civil de 1924, fue incendiado y quedó completamente reducido a cenizas.